Buenos Aires – Argentina – 24/08/2020: El acuerdo del canje de deuda entre Martín Guzmán y los principales acreedores argentinos despejó el camino para avanzar en el financiamiento externo de grandes proyectos de infraestructura como el soterramiento del tren Sarmiento.
La obra estaba prácticamente descartada, pero ahora cobró un nuevo impulso dentro de la cartera de Mario Meoni. «La idea sería retomar las obras. Se habló de cancelarla, porque tenerla frenada produce gastos, pero el objetivo es terminarla», confirmaron fuentes oficiales a este medio.
En ese sentido, en los próximos días se reanudarán las negociaciones con el gobierno de Italia a través de la aseguradora SACE para conseguir entre 1.200 y 1.500 millones de dólares de las sucursales italianas de los bancos HSBC y Deustche Bank.
La italiana Ghella rechaza el plan de Larreta de convertir al Sarmiento en un viaducto
Sin embargo, otra posibilidad es que el soterramiento se convierta en un viaducto como propuso el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta para abaratar los costos y en ese caso se ejecutaría con recursos propios.
«Estamos retomando el diálogo con la Ciudad de Buenos Aires y avanzando en un proyecto consensuado, ya sea para continuar el soterramiento como para buscar soluciones alternativas», reconocieron a LPO desde el Ejecutivo.
El problema es que desde la empresa italiana Ghella -la firma mayoritaria de la UTE ganadora de la licitación- rechazan la idea de un viaducto y sin su aval no habrá crédito alguno.
«El financiamiento lo trae Ghella. Si lo quieren convertir en viaducto van a reducir mucho los costos, pero ahí sería sin Italia. Además Ghella permitió correr a Odebrecht como firma ejecutora y eso destrabó los problemas de compliance con los bancos producto del escándalo de corrupción de la empresa brasileña», indicaron desde el oficialismo.
No obstante, sostienen que si se decidiera elegir el proyecto del viaducto no se descarta derivar los fondos de Italia al complejo de obras de cloacas y agua potable que está impulsando Malena Galmarini desde Aysa.
Fuente: La Política On Line
