La pasada semana, las autoridades chinas personadas en Madrid, se esforzaron por promocionar el tren más lago del mundo, que conecta la capital con Yiwu a través de 13.000 kilómetros de vía, según indica El País.
Este proyecto, suscrito por el presidente del Gobierno en funciones en su visita a Pekín, aún no se ha puesto en marcha. En el año 2014, la estación de Abroñigal fue el escenario para dar el pistoletazo de partida a este tren, empleado para surtir de productos los bazares chinos. Sin embargo, desde entonces, han sido 39 los trenes cargados que han llegado a Madrid y han vuelto ocho, como subraya el citado diario.
Las razones de esta falta de uso se pueden achacar al elevado precio, de 2.000 euros por contenedor, frente a los 1.300 del barco, así como la desconfianza por parte de los empresarios a esta nueva forma de transporte.