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Belfort, Francia – El cierre de la fábrica de Alstom en Belfort ha desatado una tormenta política en Francia. Alstom, líder mundial de los sistemas ferroviarios integrados, anunció hace unos días el fin de la producción en su factoría de Belfort, al noreste del país, y cuna del tren de alta velocidad TGV. La empresa asegura que los 400 empleos afectados se recolocarán en otras sedes de la compañia. El Gobierno (con el 20 % de los votos en su Consejo de Administración) ha sido el gran ausente de la decisión del cierre, lo que el primer ministro Manuel Valls considera “inaceptable”.
La tarde de este martes, el Secretario de Estado de Industria , Christophe Sirugue, se reunió con varios sindicatos en Bercy:“Hemos escuchado a os da diez días para llevar respuestas”, afirmaron los sindicatos.
“Las reuniones van a ser mantenidas con todos los actores del sector en los próximos días” , según el sindicato, que citó la SNCF , la RATP y la Unión de Tranporte de Ile de France .
Por su parte, el director general de Alstom, Henri Poupart-Lafarge, dijo el martes que no había “margen de maniobra” sobre la planta de Belfort. Según el alcalde de la localidad, Damien Meslot, del partido republicano, “el señor Poupart-Lafarge dice que existen oportunidades para las discusiones . Nos sentimos un CEO abierto a la negociación . necesitamos que el gobierno para encontrar comandos. “
Alstom confirmó el martes por la tarde, tras mantener conversaciones con el gobierno que “ninguna decisión será tomada” antes del final de estas discusiones.
Poupart-Lafarge es pesimista yel martes parecían descartar todos los escenarios mencionados. La falta de pedidos hace que sea “imposible hoy en día (…) una futura sede permanente de las actividades de Belfort” , afirmó en un mensaje a los empleados del grupo.“Hemos mantenido la producción de Belfort, siempre y cuando hemos sido capaces “ , ha asegurado. El empresario aseguró que desde hace más de 10 años en Francia no han recibido nuevos encargos para locomotoras y que no hay carga de trabajo para después de 2018, y eso ha destatado las críticas hacia elgobierno de Hollande.
Hollande y su Gobierno, objeto de críticas de la oposición de derechas y de izquierdas por su gestión de este asunto a siete meses de las elecciones presidenciales, se esforzaron en mostrar que están trabajando para adelantar pedidos públicos en Francia que permitan atribuir carga de trabajo a la factoría de Belfort.
El Frente Nacional habla de “catástrofe” y achaca al Gobierno socialista “desinterés” por la empresa y exige el mismo “patriotismo económico” que Estados Unidos ejerce en favor de sus compañías. “No podemos dejar marchar a Alstom de un territorio que tanto la necesita”, se ha lamentado el comisario de Asuntos Económicos Pierre Moscovici.
De acuerdo con la Secretaría de Estado de Transportes, Alain Vidal, la sede de Belfort “va a estar en problemas en dos años con un agujero entre 2018 y 2022.” Así que se enumeró una lista con posibles pedidos, tres de ellos con un factor de negociación rápido:
El primero es una negociación con la SNCF ( Compañía Nacional de Ferrocarriles Franceses) sobre un tren que enlace París, Trurín y Milán. El segundo encargo potencial podría venir de la Administración de rentas autónoma de los transportes parisinos (RATP) “para pequeñas máquinas, locomotoras, para hacer trabajos”. Sobre el tercer expediente, Alain Vidalies confirma que el Estado le quiere pedirl al grupo Alstom treinta trenes para trenes Regionales y que conecten ciudades. Este encargo solicita el conjunto del grupo Alstom, y no únicamente su sede de Belfort.
Le Monde añade dos pistas más en cuanto a posibles encargos:
Una podría corresponder a la ” licitación más grande que jamás hubiera existido, 3,5 mil millones de euros, lanzado por el Sindicato de los transportes de Ile-de-France [STIF], cuya respuesta está en espera. La otyra, dice Le Monde, que Vidalies debería lanzar ” a fines de año mil millones para una licitación para trenes de equilibrio del territorio para las líneas estructurantes.
Fuente: Intereconomia