Luego de 20 años, este miércoles volverá a pasar el ferrocarril por Santander (Foto: Suministrada/ VANGUARDIA LIBERAL)
Santander, Colombia – Se trata de un tren que fue habilitado para realizar la prueba piloto con la que se reactivará el transporte de carga a través del Sistema Férreo Central, una línea que parte desde Santa Marta y llega hasta La Dorada, Caldas. Claro, transitando por territorio santandereano.
El tren recorrerá la línea de norte a sur, llegará hasta el departamento cafetero y nuevamente retomará la ruta en sentido de sur a norte.
En Santander pasará por los municipios de Puerto Wilches y Barrancabermeja, arribo que se espera para este miércoles de acuerdo al plan trazado para el trayecto.
Esta ruta se logró hacer realidad con la participación de compañías como Holdtrade Atlántico, de la que es socia para este importante proyecto la empresa santandereana OPL Carga, operadores logísticos.
Según indicó la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, entidad que está a cargo de la reactivación del transporte férreo, el tren de prueba tiene 160 metros de longitud, está compuesto de dos locomotoras, 20 plataformas con contenedores de 40 pies cargados con cemento, acero, alambre, productos envasados, entre otros.
Según la ANI, «se va transportar carga que llega desde puerto de Santa Marta hasta los puertos de Gamarra o Barrancabermeja, de ahí se puede llevar por el río Magdalena hasta Barranquilla o Cartagena, o finalmente a La Dorada, y desde Caldas se distribuiría la carga en camiones entre Medellín y Bogotá, según sea su destino», indicó la entidad.
El tren llegará nuevamente a Chiriguaná el próximo jueves 27 de octubre. El tren recorrerá aproximadamente 767 kilómetros, cruzando por los departamentos del Magdalena, Cesar, Santander, Antioquia y Caldas.
El tren pasó por Santander, pero nunca se fue de la región y mucho menos de los corazones de cientos de santandereanos que disfrutaron del ruido de las locomotoras, de los gritos de los vendedores de helados de palito, refrescos y empanadas; de las ráfagas de aire cálido que parecían tumbar las ventanas de los vagones y que por momentos apaciguaban los 36 grados de temperatura que alcanzaba el clima que enloquecía a más de un viajero.
Fuente: Vanguardia
