Andrés mira una y otra vez por la ventana, como si esperara algo, habla pausado y recuerda, sus años mozos han quedado atrás, pero me da la entrevista de pie, dice que sentarse es cosa de viejos, de pronto un sonido largo irrumpe por la ventana y lo hace volver en tiempo, el grito de las locomotoras que pasan llenando las calles con un vendaval sonoro y abren las puertas de la memoria.
En la familia de Andrés todo marcha a la velocidad de los trenes, él siempre fue encargado de estación, los hijos maquinistas, el sobrino soldador de vagones y los nietos especialistas en mantenimiento del transporte, todos estudiaron en el politécnico ferroviario de San Luis, un lugar donde comienza una tradición tan arraigada como la historia del pueblo mismo.
En San Luis es muy difícil caminar por las calles sin encontrarse con un ferroviario, a lo largo de los años en este municipio santiaguero se ha desarrollado una cultura propia de los trabajadores de este sector que ha pasado de generación en generación y marca muchos aspectos de la vida económica y social del territorio.
En gran medida esto se debe a que San Luis es una región de vías férreas y trenes, lugar donde se encuentra el ramal más importante del oriente del país desde principios del pasado siglo y por ser sede desde 1974 de uno de los complejos ferroviarios más extensos de la nación.
En el año 1975 el Comandante Juan Almeida inauguró el primer taller del Combinado Ferroviario, lo que sustentó la idea del desarrollo ferroviario sanluisero, que en ese momento contó con instalaciones que lo posicionaban en la vanguardia de Latinoamérica en materia de trenes.
Ante la necesidad de tener trabajadores calificados para acometer las tareas de mantenimiento de las vías férreas, ensamblaje y reparación de vagones se fundó el Instituto Politécnico Andrés Valdés Fuentes, centro educativo encargado de formar a los nuevos ferroviarios que trabajaran no solo en las instalaciones del complejo sanluisero, sino que llevaran sus conocimientos por todo el ferrocarril cubano.
Desde ese entonces los técnicos de nivel medio en las actividades de mantenimiento y reparación de equipos y explotación del transporte ferroviario, salidos de las aulas del centro sanluisero, llenaron las instalaciones cubanas, contribuyendo con sus conocimientos a la tarea de perfeccionar el sector.
En las aulas del Politécnico Andrés Valdés Fuentes jóvenes de toda Cuba se han formado con calidad y han recibido el adiestramiento pre-profesional en los Talleres Ferroviarios y la Estación Combinado, de San Luis, y la Unidad de Operaciones Ferroviarias de la provincia de Santiago de Cuba, insertándose en la reparación de locomotoras, vagones de carga y de pasajeros, y el trabajo de despacho y organización de trenes y carga en las estaciones y combinados.
Andrés me habla de ensamblaje de ventanillas, reparación de pailería, sistemas de rodaje y tornería y recuerda otra vez la inauguración del complejo sanluisero, que en aquel momento constituyó el corazón de los ferrocarriles cubanos y trata de traer a su memoria la cantidad de trabajadores ferroviarios que conoce o que viven cerca de su casa.
“Hubo un momento en que en San Luis casi todo el mundo trabajaba en algo concerniente a los trenes, ya eso no es así, pero sé que se están dando pasos concretos en la revitalización de todo lo concerniente a las vías férreas”, me dice Javier, el nieto de Andrés que trabaja en la empresa de Ferrocarriles de Oriente y que se suma a la conversación.
Este solo tiene 20 años y le resulta difícil disimular el orgullo de ser el continuador de la tradición familiar: “Mi abuelo y sus hermanos, mi papá y sus hermanos, yo y muchos de mis primos, tuvimos la oportunidad de estudiar en el politécnico, donde se dice que en un tiempo, medio municipio pasó por sus aulas”.
Este 29 de enero cuando El acto nacional por el Día del Trabajador Ferroviario tuvo lugar en el municipio Palma Soriano, en la Unidad Empresarial de Base Julio Antonio Mella, conocida como Ferroazúcar, pudimos ver a muchos que pasaron por las aulas y las instalaciones ferroviarias sanluiseras.
En una reciente visita al municipio San Luis, el General de División Antonio Enrique Lussón Batlle, quien por muchos años ha estado al frente de las actividades del sector ferroviario, adelantó a Sierra Maestra la próxima publicación de un libro sobre las tradiciones de este sector y la importancia del pueblo sanluisero en toda la historia de los trenes cubanos.
Andrés sigue mirando por la ventana mientras se deja llevar por los recuerdos invocados en el sonido de las locomotoras, toda una tradición generacional está escrita en su mirada, la historia de un pueblo y sus trenes, construida desde las aulas de una institución educativa que continúa vigente y que no dejará de hacer sentir orgullo a todo aquel que sea reconocido a dondequiera que vaya, como ferroviario.
Fuente y fotografía: sierramaestra