Tras seis años en Adif, con anterioridad fue subdirector del mismo espacio que hoy dirige Francisco Polo Muriel Director del Museo del Ferrocarril Madrid-Delicias
De familia cacereña, la vinculación de Francisco Polo Muriel (Mérida, 1965) con el mundo del ferrocarril es casi heredada. Incluso su lugar de nacimiento vino determinado por el destino laboral de su padre, ferroviario en la estación emeritense. Misma profesión que desempeñaban sus tíos. Hoy en día, su hermana y él continúan vinculados a este sector.
-En su desempeño profesional ha conseguido unir el sector ferroviario con la Historia.
-Estudié Historia porque era mi pasión y en 1987 entré a trabajar en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, lo que contribuyó a reforzar mi vocación por el estudio y el conocimiento de nuestro pasado. Esto me permitió iniciar esa carrera en el ámbito de la historia ferroviaria. Con posterioridad fui subdirector del Museo del Ferrocarril Madrid-Delicias, que depende de la Fundación, y estuve seis años en Adif, en las áreas de I+D+i y de Gestión del Patrimonio y Urbanismo.
«En los años 70, el tráfico ferroviario en Extremadura era, sobre todo, ganadero y su origen y destino era la región»
-¿Se ha perdido la vinculación de los territorios con el mundo ferroviario?
-El sentimiento ferroviario de pertenencia a un grupo profesional que estuvo presente en los territorios es algo que permanece. El ferrocarril ha generado un gran patrimonio. En Mérida, por ejemplo, hay grupos de viviendas emblemáticos. También se crearon nuevas poblaciones y Extremadura conserva poblados ferroviarios, como el de Monfragüe, el de Arroyo-Malpartida, el de la estación de Aljucén o el de Almorchón. De hecho, en el poblado de Monfragüe, que tiene incoado el expediente para ser declarado BIC (Bien de Interés Cultural), dirigí y coordiné un plan para su conservación. Está pendiente que las administraciones vuelvan sobre él para revitalizar y dar un nuevo uso a esos espacios.
-Esos poblados apenas tienen vecinos. ¿Es un reflejo de la pérdida de peso del tren como transporte?
-En parte sí, pero hay que tener en cuenta que los periodos de esplendor de estos poblados están vinculados a momentos en los que la operación ferroviaria necesitaba mucho personal. El ferrocarril perdió peso, sobre todo por el impulso del transporte por carretera, a partir de los años 70. Hoy en día el transporte de viajeros ha recuperado cuota de usuarios y es el medio más seguro y eficiente en términos medioambientales. Además, el transporte de mercancías se ha revelado como el mejor aliado para evitar la congestión del tráfico por carretera.
-La literatura o el cine han transmitido la importancia del tren en el desarrollo económicos de los países. ¿También fue así en España?
-Fue vital. El ferrocarril fue predominante hasta la década de 1960. Acortó tiempos, dio regularidad a sus tráficos y generó una importante reducción en los costes. Con el ferrocarril se democratiza el transporte y llega a todos los sectores de la sociedad. El sistema ferroviario arrastró a otros sectores al demandar materias primas y mano de obra con la construcción de las infraestructuras y la explotación ferroviaria. No obstante, el sistema ferroviario español, controlado en buena medida por capitales franceses hasta al menos la primera Guerra Mundial, se surtió de material fijo y rodante que se importaba desde el centro de Europa. En conjunto, el ferrocarril dinamizó la economía española y lo sigue haciendo al ser uno de los mayores motores de inversión en obra pública.
-¿Por qué el desarrollo en España fue dispar entre las regiones?
-Durante el siglo XIX, la existencia de recursos y de materias primas ligadas a la revolución industrial en determinadas zonas provocó que las regiones con un tejido industrial incipiente, que se iría consolidando con el paso de los años, requirieran de una mayor dotación de infraestructuras ferroviarias. Esto marcó la diferencia con regiones en las que predominó el sector primario hasta el último tercio del siglo XX, a lo que se sumó la despoblación de las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado. Este fue el caso de Extremadura y el resultado fue un desarrollo desigual, con raíces en las grandes diferencias económicas interregionales que ya existían a mediados del XIX.
«El ferrocarril ha generado un gran patrimonio, como viviendas o nuevas poblaciones»
-La región sigue siendo eminentemente agraria y cada vez más despoblada.
-El ferrocarril puede ayudar a hacer frente a esos retos. La movilidad en el transporte ferroviario actual es muy diferente y se basa en los tráficos interregionales. Hasta los 70 el tráfico en Extremadura era, sobre todo, ganadero y tenía origen y destino en la propia región. Estamos hablando de un horizonte distinto al que se vivió en el XIX y el XX; el objetivo es satisfacer las demandas de todos los usuarios y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Museo
-¿Dónde se encuentra el museo que dirige?
-Está ubicado en la antigua estación de Delicias y su pieza más valiosa es su caja contenedora, la propia estación que es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura del hierro en España. Hasta 1969 fue puerta de entrada de los trenes que procedían de Portugal, Extremadura y Castilla-La Mancha y por ella circuló los emblemáticos Sudexpreso y el Lusitania Exprés, presente en la memoria de los extremeños.
-¿Qué se puede ver en el espacio?
-El museo conserva una excelente colección de material rodante ferroviario y contamos con salas específicas dedicadas a infraestructura ferroviaria o a relojería… Igualmente, alberga el archivo histórico ferroviario y la biblioteca ferroviaria, que constituyen el legado que heredó Renfe de las antiguas compañías privadas que operaron hasta su rescate por el estado en 1941. Relacionada con Extremadura, hasta el 31 de marzo tenemos una exposición sobre el ingeniero ferroviario Cipriano Segundo Montesino y Estrada, que se ha organizado en colaboración con el Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, su localidad natal.
-¿Cuántos visitantes recibe?
-Recibe más de 120.000 visitantes al año, de los que 25.000 son de grupos escolares que vienen todas las semanas. Nuestro perfil más habitual son las familias, pero también llegan investigadores de otros países para consultar las valiosas fuentes primarias que conservamos.
-¿Qué objetivos se plantea al frente de la institución?
-Nuestra misión es preservar la colección de material ferroviario y documental y su difusión a la sociedad. Mi idea es convertirnos en un icono en la ciudad de Madrid. Nos gustaría relanzar el museo como centro de investigación y acercarlo a todos los territorios con la exposición itinerante que tenemos dispuesta a viajar. Además, centraremos el esfuerzo en aprovechar los recursos tecnológicos y que nuestros contenidos tengan presencia en la web.
-¿Qué retos tiene por delante?
-Estamos inmersos en un concurso de ideas para la rehabilitación arquitectónica del edificio y su diseño museológico. Esperamos que la propuesta se pueda poner en marcha próximamente y seguir desarrollando la labor que hacemos desde hace 35 años.
JOSÉ M. MARTÍN
Fuente y fotografía: hoy


