martes, octubre 14, 2025
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España: La Manga quiere un tren monorraíl

Ciudad de México, Catania (Italia), Jalin (China) o Las Vegas (Estados Unidos) se han convertido en referentes para los empresarios de La Manga, que sueñan con acabar con los eternos problemas de tráfico en verano y la escasez de transporte público en su localidad. Todas esas ciudades tienen en común una infraestructura: un tren monorraíl que circula sobre una plataforma elevada con un carril de hormigón. Eso es, precisamente, lo que plantea hacer la Asociación de Empresarios y Comerciantes de La Manga-Cabo de Palos en este enclave costero, una especie de tranvía que discurriría por la mediana de la Gran Vía sin entorpecer el tráfico de coches.

Se trata de un proyecto «factible», según el presidente de la asociación, Antonio Plaza, ya que su coste «rondaría los 40 millones de euros, aproximadamente, más las paradas, que no supondrían una inversión destacada». Saldría a dos millones por kilómetro.

El estudio ha sido realizado por arquitectos y expertos en urbanismo colaboradores del colectivo, con ayuda de la empresa murciana de transporte Typsa. Ya ha sido presentado al consejero de Fomento e Infraestructuras de la Comunidad Autónoma, Francisco Bernabé, quien se mostró «muy receptivo», según Plaza.

Este medio de transporte recorrería un trazado de unos 20,5 kilómetros de longitud, a lo largo de La Manga, elevado del suelo entre 6 y 7 metros. Iría sobre una estructura de pilares circulares de hormigón armado y vigas metálicas en celosía.

55 personas por vagón

El convoy estaría formado por cuatro vagones con una capacidad para 55 personas. Cada uno de ellos tendría unas dimensiones de 6 metros de largo por 2,36 de ancho. La velocidad máxima para la que se ha diseñado es de 40 kilómetros hora. El tren permitiría a los visitantes realizar paradas a lo largo del recorrido. Están previstas una decena, sobre todo a la altura de las zonas comerciales más importantes de La Manga. Al principio y al final, la única vía se dividiría en dos, para que mientras el convoy llega a su fin el otro espere para su salida.

«En La Manga tenemos un problema con el tráfico y con el transporte público que debemos solucionar cuanto antes. Desde las administraciones, tanto regional como local, siempre nos están pidiendo propuestas para solucionar esos problemas. Aquí tienen una. Si no les parece correcta, ahora les toca a ellas hacerlas, porque así no podemos seguir muchos años más. Los problemas de circulación van en aumento», avisó Antonio Plaza.

La asociación que preside trabaja desde hace tres años en medidas que ayuden a impulsar La Manga como una zona turística de referencia en España, no solo en verano sino también durante todo el año. Para ello, ayudan a las administraciones a captar turistas y a organizar actividades todos los fines de semana, de octubre a Semana Santa, con la intención de atraer visitantes.

Además proponen soluciones a problemas de infraestructuras, como el de los accesos. Creen que lo más idóneo es un túnel por debajo del Mar Menor, que comience a la altura de la urbanización Veneziola y llegue a la autovía AP-7, a la altura del aeropuerto de San Javier.

Para los empresarios, la construcción del monorraíl sería muy beneficiosa, porque no contamina, ya que será eléctrico; porque son silenciosos, pues la mayoría utilizan llantas recubiertas de goma que ruedan sobre un riel de hormigón o acero; porque su trazado utiliza menos terreno que las demás opciones; porque consumen menos energía que los subterráneos; y porque en general se adaptan sin inconvenientes a todos los escenarios urbanos.

Además, su construcción y puesta en servicio es rápida y no afecta demasiado al entorno; los costes para hacerlo son significativamente menores a la opción del tren subterráneo; y se adapta a las irregularidades del terreno sin necesidad de movimientos de tierra.

Puntos a favor

Otro beneficio es la seguridad. Su estructura sobre un solo rail reduce el riesgo de descarrilamiento al mínimo, su red de alimentación eléctrica se encuentra alejada del contacto de los vecinos y, al funcionar en otro nivel que el tránsito de vehículos, no existe peligro de colisiones. Además, evita pasos a nivel y demoras innecesarias que entorpecen el flujo normal del tráfico.

El único inconveniente es su paso por el puente del Estacio, donde los empresarios han propuesto salvarlo en altura o por un lateral sin que afecte el paso de los barcos.

El sistema monorraíl ya está implantado en ciudades de Australia, Malasia, Europa, Rusia y de los Estados Unidos, con un gran éxito.

La Verdad

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