domingo, septiembre 21, 2025
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La historia del vagón que se transformó en centro cultural

 

Viedma, Río Negro, Argentina – El antiguo furgón ferroviario fue emplazado en el barrio 30 de Marzo. Allí, mientras los chicos juegan, se les enseña sobre arte y conciencia ambiental.

“Todo me sirve, nada se pierde, yo lo transformo”, dice en “Magia”, el inmortal Gustavo Cerati; y como en la canción, en “El vagón iluminado”, los niños transforman sus realidades. A un palito de madera que soportó un helado de agua aunque lo rescatan de la basura, les aplican su arte y vuelve al mundo transformado, tanto como ellos, porque representa un aporte fundamental en su formación y proyección.

Este antiguo furgón ferroviario fue emplazado por la comuna capitalina en un playón deportivo del barrio 30 de Marzo, donde las carencias están elevadas a la enésima potencia. Forma parte de los espacios que la Secretaría de Desarrollo Humano lleva adelante con propuestas lúdicas para niños y adolescentes.

En este caso, se busca la inclusión generando múltiples actividades y procesos creativos para una pequeña comunidad, y la premisa es la convivencia, el diálogo, el juego. Se intenta que haya intercambio y estímulos de nuevas formas de producir en la comunidad.

Existe una tendencia positiva respecto de que para los niños, jugar es la actividad más importante. Así, desarrollan destrezas, estimulan su imaginación y creatividad, expresan sentimientos o construyen su lenguaje. Y como de imaginación se trata, a los chicos que suben al furgón se les entrega un antiguo boleto de “Primera Clase” numerado como el que se empleaba en el servicio Plaza Constitución-Viedma.

“La dinámica de la actividad se la fueron dando los profesores. Nosotros llegamos, los chicos están jugando en el playón deportivo contiguo, queda subir, y allí se planifica qué se puede hacer a demanda espontánea de quienes están, y hay veces que la tarea se termina en el día”, cuenta Cintya Lupia, la subsecretaría de Cultura que consiguió junto con el saliente secretario de Desarrollo Humano, Ariel Sarricouet, que Tren Patagónico les cediera en comodato el coche de madera.

Estas labores culturales reúnen un segundo propósito: capacitarse para la autogestión de la basura -que desborda en el barrio- y con ese cambio de concepto se les inculca que traten de respetar el medio ambiente. Para ello, rescatan botellas y tapas de plástico, maderas, corchos o alambres que luego utilizan como materia prima.

Los artistas Rafael Crivaro y Ezequiel Garín, aportan lo suyo en este sentido. Fabrican con ellos “jardines colgantes” con botellas plásticas. Como Garín, a su vez es ingeniero agrónomo, imparte instrucciones para que los chicos puedan desarrollar su propia huerta comunitaria con semillas que aporta la comuna.

“A veces, le damos a la rutina un sentido de viaje imaginario, se miran algunos videos donde hay misterios y fantasía. Por ejemplo, cuando se jugó el Mundial de Fútbol en Rusia le mostramos a los chicos cómo era ese país. Esto nos sirvió para fabricar muñecos con la figura de una mamushka (ícono de la cultura rusa)”, destacó el artista Víctor Hugo Davis, más conocido en la ciudad como experto en filete porteño.

“Los resultados nos superan al ver cómo manejan las herramientas, los clavos, los cajones peruanos cuando hacemos música a sabiendas de que trabajamos con chicos en un lugar donde sabemos que tienen ciertas necesidades”, pone de manifiesto.

ENRIQUE CAMINO

Fuente y fotografía: rionegro

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