sábado, diciembre 14, 2024
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La Justicia dictaminó que no es ilícito tomar rieles de vías abandonadas

Las viejas vías del ferrocarril General Manuel Belgrano se pierden entre casillas y maleza en la zona sur de la ciudad. En algunos sectores se han convertido en una especie de cordón cuneta de angostos caminos en los que los vecinos circulan en bicicletas o a pie. A los costados, algunos rieles ya fueron separados y parecen estar listos para que alguien los levante.

La ciudad avanza, y se apropió de esas vías que dejaron de soportar el paso del tren a principios de los 90. Y ese abandono del Estado Nacional fue uno de los argumentos que tomó el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán (TOF), al sobreseer a siete personas que estaban acusadas por intentar robar un riel de tres metros y medio.

El 31 de octubre de 2009, Raúl Antonio Velárdez, Néstor Fabián Huerga, Reynaldo Ramón Farías, Ariel Gustavo Guía, Carlos Damián Díaz, Luis Eduardo Ledesma e Iván Jonathan Alurralde, fueron sorprendidos por la Policía cuando intentaban subir a una camioneta el riel, en Las Heras al 4.100, al sur de la ciudad.

Planteo de insignificancia

El defensor Oficial Ciro Lo Pinto había planteado que correspondía dictar el sobreseimiento de los acusados, por el principio de insignificancia o bagatela. Es decir, la poca cantidad y el escaso valor de lo que se intentó robar.

El fiscal General Federal Diego Velasco rechazó ese argumento, al emitir su dictamen, ya que la ley no establece una cantidad o valor de las cosas que son robadas, sino que lo que se condena es la conducta. “Si el legislador hubiese considerado necesario establecer una cantidad, peso, medida o cuota parte como constitutiva del ilícito penal, lo habría consignado expresamente”, consideró el representante del Ministerio Público.

A pesar de esta posición, Velasco citó un fallo en el que cuatro personas habían sido condenadas a tres años de prisión condicional “por el robo consumado de 32 rieles de hierro de cuatro a cinco metros en un lugar despoblado”. En cambio, el caso de la zona sur de la capital tucumana no había llegado a consumarse y se trata de un solo riel.

Vías abandonadas

La causa fue tramitada en la Justicia Federal porque el elemento robado (el riel de tres metros y medio) pertenece a una empresa del Estado Nacional, en este caso a Ferrocarriles Argentinos. Velasco dictaminó que si bien los rieles se encuentran adheridos o unidos a otra cosa que sólidamente los sostienen, eso se debe al destino para el que fueron instalados, que es el funcionamiento de los trenes.

“Dicho de otro modo, no podemos negar que el o los rieles cuyo desapoderamiento se intentó, estaban en calle Las Heras al 4.100 lisa y llanamente abandonados, o -mejor dicho- ‘olvidados’ por su dueño, en todo el sentido de la expresión”, argumentó el fiscal General. El Estado Nacional, según el dictamen, no tomó ninguna medida para conservar y preservar el ramal desde que dejó de usarlos.

“Es de público y notorio que la zona en que se encuentran y donde se tentó el hecho, es localización de numerosas viviendas y familias en asentamientos precarios o ilegales, sobre las mismas vías por las que no pasa ningún tren desde aquella época”, manifestó Velasco.

Sin acusación

El TOF acogió el planteo del fiscal General. La camarista Alicia Noli, en primer lugar, consideró que el hecho de que Velasco pidiera el sobreseimiento, les impide cualquier persecución penal, ya que no es atribución del juez acusar. A pesar de ello, al fundamentar la sentencia analizaron el planteo realizado por el Ministerio Público.

“Asiste razón al fiscal, en tanto la apariencia de res nullius de la cosa mueble impone una valoración en el punto. Dicha circunstancia no puede ser ignorada”, opinó Noli en los fundamentos de la sentencia, a la que se adhirió el camarista Gabriel Eduardo Casas.

Noli recordó que la jurisprudencia enseñó que corresponde absolver a “quien se apoderó, creyéndolas abandonadas, de cosas muebles que estuvieron en la calle sin vigilancia alguna, durante mucho tiempo, máxime siendo objetos de poco valor, porque se incurrió en error de hecho al considerar que el dueño se ha desprendido de ellas”.

“Ramal que para”.- En 1990 dejaron de funcionar los trenes que circulaban por la provincia. “Ramal que para, ramal que cierra”, había adelantado el entonces presidente Carlos Menem. En los últimos 10 años se reactivaron algunos ramales, pero con servicios esporádicos. Algunas vías nunca más volvieron a soportar el paso del tren.

Una presunta organización.- En febrero de 2006 el entonces juez Federal Jorge Parache investigó a una supuesta banda que se dedicaba a desmantelar las vías ferroviarias en el sur de la provincia. Hubo tres personas detenidas luego del allanamiento de un galpón y se los procesó por el robo y luego venta de los rieles.

Casas en las vías.- Tras la promesa de que volvería el tren a Concepción, se hizo un relevamiento y se detectaron unas 3.000 casas sobre las vías en el trayecto entre Famaillá y la “Perla del Sur”.

Contextotucuman

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