sábado, octubre 12, 2024
InicioNoticiasNacionalesLos ferrocarriles vuelven a la mano del Estado

Los ferrocarriles vuelven a la mano del Estado

acpf

Alborozado por la decisión del Gobierno de la Nación en liquidar las concesiones y regresar a manos del Estado el control en la administración de los Ferrocarriles.

No hay otra noticia que pueda generar una alegría mayor a la que sentimos en nuestros corazones, al escuchar en voz de la más alta magistratura de la Nación la Presidenta Dra. Cristina Fernandez de Kirchner la decisión política de recuperar la administración de los Ferrocarriles, restituyendo un instrumento fundamental para la soberanía de Nuestra Nación.

Hace ya 25 años en el recinto de la Honorable cámara de Diputados, que lucho junto a otros compañeros por recuperar lo que han destruido durante el golpe militar de 1955 y luego en la presidencia de Frondizi con el Plan Larkin.

En aquel momento con un contexto hostil dado que era no solo desde los ámbitos del poder sino también empujado desde los medios de comunicación la idea de las Privatizaciones como salvadoras, nos vendían un Estado deficiente y la falacia de la virtud de la buena administración en manos privadas.

Fue allí que quienes creíamos que debía ser el Estado quien administrara y controlara cuestiones indelegables, nos vimos en la necesidad de encontrar una figura legal, que amparase ante la ley de Reforma Estatal, que pretendía la restricción de la función del Estado. Allí pudimos abrir el debate e introducir modificaciones a la ley 23696 de Reforma Estatal , el concepto de concesiones, que fue la única herramienta que teníamos para salvaguardar a nuestra Republica de la Privatizacion total o parcial. La privatización era apoyada por quienes pretendían como broche de oro al proceso de destrucción absoluta que había comenzado con el golpe militar del 1955,

Deseo compartir con los lectores la versión taquigráfica del 1 de Marzo de 1990 en donde quien suscribe hacia hincapié y abría el debate en esta cuestión.

Señor Presidente: tiene la palabra el señor Diputado Lorenzo Pepe.
Señor Pepe: Señor Presidente, en los últimos años la sociedad argentina fue invadida
por un mensaje interesado, diría malévolo. Algunos comunicadores sociales le han
vendido a la sociedad argentina que el Estado Nacional es ineficiente e inservible. Sin
duda, esta actividad intencionada caló profundamente en vastos sectores de la opinión
nacional.

Permítame la Cámara hacer una reflexión que me da la experiencia y haber vivido las
décadas del 40 y del 50, en las que el Estado Nacional Argentino tuvo un rol
preponderante en el desarrollo político, social y económico. En aquel entonces, el
Estado Nacional, tomando la vanguardia en las decisiones, permitió que amplísimos
sectores laborales se sindicalizaran, que millones de argentinos accedieran al acto justo
de la previsión social y que tantos otros pudieran llegar a poseer una vivienda propia
por medio de los planes estatales. Ese Estado promovió la exportación de los productos
argentinos posibilitando el incremento de las fuentes de trabajo y la producción.
En ese entonces el Estado no era inservible porque el Gobierno tenía la vocación
política de hacerlo grande, eficiente y funcional para servir al pueblo.

Lamentablemente, ese Estado fue “pinchado”, “desinflado” y “desplumado” luego del
golpe militar de 1955. Esa operación se realizó de a poco “para que no gritara”, como a
la gallina. Fue así que se llevó al Estado Nacional a una situación de indefensión, de
enormes contradicciones, casi al borde del colapso. A consecuencia de ello, hoy existen
áreas que están en condiciones límites, como por ejemplo, la de comunicaciones, la
energética o la de los Ferrocarriles
En este punto cabe formular algunas preguntas: ¿Fue el Estado el responsable de este
proceso? ¿Alguien puede creer que el Estado es ineficiente porque es Estado y
que lo privado es eficiente porque es privado? No macaneemos más; no le
vendamos a nuestra gente tamaña mentira.
Señor Pepe: El Estado puede ser –y en el pasado lo fue– eficiente y servicial si existe
una política de inversión, algo que lamentablemente no hubo en los últimos treinta
años.

El Estado fue miserablemente amordazado y liquidado. Muchos de los que hoy plantean
la necesidad de las privatizaciones comieron de la mano del Estado durante mucho
tiempo.

Señor Presidente, con honestidad política decimos que se debe respetar el marco de la
legislación. Deseamos que la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Emergencia
Económica funcione a pleno para conocer cómo se están elaborando los pliegos de
condiciones de las privatizaciones en las diferentes áreas.
No hay un solo trabajador estatal que pretenda una Empresa ineficiente. Es mentira lo
que algunos manifiestan con ligereza acerca de los trabajadores del Estado. Todos ellos
–ya sea que pertenezcan a Ferrocarriles, a Aerolíneas, a ENTel o al sector energético–
quieren que las Empresas sean eficientes pues saben que de este modo pueden lograr
mejores salarios y más dignas condiciones de trabajo. Insisto, no macaneemos más
a nuestro pueblo.

Señor Presidente, nosotros tenemos un compromiso que queremos enunciar con toda la
voz: somos hombres y mujeres del actual oficialismo. Deseamos el éxito total de este
gobierno, porque más allá o más acá de él está el juego de las Instituciones. Sin
embargo, tenemos la obligación de ofrecer nuestras experiencias. Flaco favor haríamos
a nuestro pueblo si no dijéramos que deseamos un Estado eficiente, puesto al servicio
de la gente, con funcionarios que elaboren pliegos de condiciones transparentes.
Algunos hablan ligeramente de millones de trabajadores sobrantes en la actividad del
Estado. Supongamos por un instante que por un acto mágico esta gente fuese
despedida de sus respectivas tareas. Me pregunto: ¿A dónde irá este país sin
crecimiento en los últimos 20 años? ¿En que lugar irán a dar sus huesos?
¿Dónde van a finalizar con sus familias y sus hijos?
Debe ser al revés: primero el crecimiento de las fuentes de trabajo y de la producción,
después la redimensión del Estado. Estas son las prioridades.

Los trabajadores que están presentes hoy aquí, ubicados en las galerías, están
practicando el más genuino de los actos democráticos, que es la directa participación.
Alguna vez dijimos –hace mucho tiempo– que no nos debe asustar el “bochinche” de la
Democracia. La gente tiene derecho a expresarse ¿A dónde va a ir si no es ante el
Parlamento?

Se supone que aquí, con todo lo bueno y todo lo malo, estamos quienes somos sus
representantes. Asumimos esta responsabilidad y hoy vamos a apoyar el Proyecto en
consideración, pero voy a solicitar un breve cuarto intermedio a fin de que se elabore
un despacho común.

Pido a los compañeros trabajadores aquí presentes que toleren la práctica legislativa.
Eso nos llevará a votar por unanimidad un despacho en común. De otro modo,
correríamos el riesgo de una votación diferenciada. Por ello solicito un cuarto
intermedio de quince minutos en las bancas, para que se elabore un despacho

único entre todos los sectores representados en esta Cámara.

(finalmente el Proyecto fue aprobado).

En este fragmento nos permite ver como hace más de 25 años que hombre y mujeres comprometidos con el ferrocarril y con nuestra Republica, tratábamos de encontrar herramientas legales que nos pudiesen proteger ante el avance de las privatizaciones. Teniendo la certeza y la convicción que no estaba solo en esta lucha puede verse, la defensa que manifestaba en esa sesión de 1 de marzo de 1990.

El recorrido que allí hago en la reflexión que se me permite del Estado fuerte y eficiente en la década del 40 y 50 de las Presidencias del Gral. Juan Domingo Perón. Muestra a las claras el acierto de retomar ese camino. Con el anuncio por parte de la Presidenta la Dra. Fernández de Kirchner de ejercer la administración y control por parte del Estado, demostrando la voluntad política de recuperar el control.

Era una deuda pendiente la de retomar la administración, liquidando las concesiones que en su momento como lo dije al principio de este articulo era la única figura legal que teníamos para no permitir que se entregase todo a manos privadas.

Cabe igual el cuestionamiento acerca del rol del estado en todo ese tiempo de concesiones, donde con la complicidad y la falla en el control, hizo que aquello que podía llegar a ser una garantía fracasase.

Deseamos que en esta nueva etapa de recuperar el Sistema Ferroviario, exista también el compromiso de cada uno de los argentinos para defender lo que es nuestro y hemos conseguido en años de lucha, más allá de los avatares que nos ha tocado atravesar.

Es por todo esto que celebro la decisión política retomar el control de la Administración de los Ferrocarriles.

Por Lorenzo Pepe Diputado Nacional MC.

Prensa ACPF

RELATED ARTICLES

MAS POPULAR