Desde la Asociación Ferroviaria “Los Catangos” de Bahía Blanca, nos hacen llegar a través de sus palabras, las experiencias, emociones y sensaciones vividas en la travesía que realizaron en zorra, atravesando casi medio país a lo largo de cientos de kilómetros.
A continuación, compartimos con nuestros lectores las mismas:
A un mes de haber concluido la Travesía del Bicentenario, travesía que realizamos en una zorra de vía los integrantes de la Asociación Ferroviaria “Los Catangos” desde Bahía Blanca hasta la ciudad de San Miguel de Tucumán, es imposible al intentar escribir este informe que no comiencen a dispararse imágenes en mi cabeza, tal vez disparadas desde el corazón, imágenes que reflejan momentos puntuales de la travesía.
Pero para ubicar al lector voy a tratar de relatar las imágenes cronológicamente, la primera imagen corresponde al 23 de junio cuando partimos a las 8:23 hs desde Bahía Blanca en nuestra querida Brujilda 12 locos soñadores, como hace 200 años atrás un grupo de patriotas se juntaron sumando esfuerzos para formar nuestra amada patria.
Hoy un grupo de Argentinos nos reunimos para sumar nuestro granito de arena en la lucha del regreso del tren a los pueblos, rememorando a aquellos patriotas que se subieron a sus carretas desde los lugares más dispersos de nuestra Patria grande para emprender un viaje que tendría como meta final la declaración de la independencia. Realizando un homenaje a aquellos patriotas recorrimos más de 1800 kilómetros para llegar a Tucumán y demostrar que el regreso del tren es vehículo de unión de los pueblos.
Imágenes que se repiten una y otra vez, seguramente hablamos de Estación Bordenave Estación Darragueira, y Estación Villa Maza con el andén lleno de niños flameando en sus manitos banderas y cientos de dibujos para que nosotros los lleváramos al Museo Ferroviario de Tafí Viejo, así podría seguir enumerando hasta el cansancio de andenes lleno de pueblo, de gente sencilla, de abuelos y su recuerdo del ferrocarril bien presente, también viene la imagen de la figura de Angélica, solita en el andén con el atardecer de fondo y la vieja estación de Thames cobijándola del frio esperándonos con tortas y mate calentito para mitigar el frio.
Nunca fuimos tan pocos. En el momento en que partimos éramos 12 y cuadruplicados por el apoyo de nuestras familias. Sin embargo a medida que fuimos ganando kilómetros se fueron sumando voluntades, ilusiones, sueños, corazones, se fue armando esa manada de locos soñadores que te dan una mano en todo momento, no hubo frio que no haya sido aplacado por el calor del pueblo que nos esperaba en cada estación, no hubo lluvia que no tuviera su arco iris en la próxima estación como en Larroude que por un error involuntario nos olvidamos de ponerlos en el itinerario de la travesía y para demostrarnos su presencia y mostrarnos sus deseos de que vuelva el tren de pasajeros, no faltó nadie a la cita hasta el intendente nos esperaba en la vieja estación bajo una molesta llovizna..
Si a nuestro paso por los 164 pueblos, cada niño, cada maestra o maestro, cada ferroviario o familiar de ferroviario, cada vecino, cada periodista se sumaba con nosotros, aquí salta otra imagen de San Jerónimo, Pcia. de Santa Fe, de la terrible movilización que armo Pedro de la radio FM local por que esta lucha se nutre de héroes anónimos y suma voluntades en cada rincón del país cada uno de ellos es el combustible de esta locura, entonces cuantos llegamos a Tucumán? Cuantas fueron las voluntades que se sumaron? 164 pueblos que proclaman al unísono «La vuelta del tren»…Una travesía, un pueblo, un país que se resiste al olvido y se niegan a desaparecer….porque sabemos que el progreso de todo ello viene de la mano del ferrocarril.
Siguen sucediéndose imágenes que bombardean mi cabeza, Cuando en una curva de la vía nos arremetía la flaqueza espiritual, la tristeza, el desánimo o simplemente se nos partía un eje de la zorra de arrastre y nos dejaba casi al borde de abandonar la travesía, a pocos kilómetros antes de llegar a Comuna Diaz en la Pcia. de Santa Fe quedamos sin la zorra de arrastre y tal vez esta sea la imagen que nos representa como lo que somos un gran pueblo solidario, aquí tuvimos que rearmar toda la travesía y allí apareció esa manada de locos soñadores que se suman en cada travesía dispuestos a ayudar en lo que sea con Juanjo Gonzales comisionado de comuna Diaz a la cabeza y toda la comunidad brindando lo mejor de sí para que estos locos soñadores no bajemos los brazos, no alcanzan las palabras para agradecer lo que Comuna Diaz hizo por nosotros, que importa la lluvia y el frio si hay hermanos que te brindan su hogar, que importa un eje partido si aparece Juanjo y un camión para llevar a La Brujilda a reparación, que importa el dolor cuando te acarician el alma, y cuanto importa el amor a la patria cuando ves reflejado en el otro tu misma pasión.
Siguen sucediéndose imágenes Ceres y su hospitalidad, los héroes anónimos que fueron armando una carrera de postas al costado de las vías para llevarnos el equipaje que no podíamos transportar debido a la rotura de la zorra de arrastre, Estación Selva y su recibimiento bajo la lluvia, que importaba mojarse si ahí estaba el pueblo que quiere ser parte de la historia, como pueblo debemos tratar de escribir la mejor historia como país.
Como un rayo atraviesa mi mente una imagen que a varios días me sigue conmoviendo bajo una lluvia torrencial se divisa a lo lejos en un paso a nivel de Estación Palo Negro flameando bien en lo alto una bandera celeste y blanca sostenida por un nene de no más de 7 u 8 años acompañado por su familia y un montón de vecinos esperándonos para estrecharnos en un abrazo, jamás voy a olvidarme la frase que me dijeron en el saludo “hermano no estás solo en esto hay un pueblo que te acompaña” tanta pasión te hacen piantar un lagrimón, terribles sentimientos encontrados de inmensa alegría y profunda tristeza.
Somos forjadores de nuestra propia historia y cada uno de nosotros es parte de la historia como pueblo, en nosotros esta saber aprovechar la paleta de colores y pintar un gran mural o terminar dibujando garabatos en blanco y negro, por respeto a los niños que nos han esperado en cada estación a lo largo de esta travesía como en Estación Taboada nuestro compromiso con ser parte de la historia ha de ser eterno.
Cuando hablo de la historia me refiero a la historia cotidiana la que somos parte la gente común que intentamos sumar voluntades para conseguir logros como sociedad, ahí surge la imagen de Estación Forres mientras esperábamos el cruce con el tren de pasajeros y la extensa charla con el cuerpo de Bomberos Voluntarios sobre sus proyectos, sus metas, sus preocupaciones y las ganas de laburar por su pueblo.
Se va acercando el final a esta travesía en imágenes y se mezclan tantas imágenes como sentimientos, se genera una revolución interior imposible de describir, ya quedan pocos kilómetros de travesía, desde Estación La Banda en la Pcia. de Santiago del Estero hasta la llegada a Tucumán cada instante fue vivirlo con los sentimientos a flor de piel y las mandíbulas apretadas emociona recordar el reencuentro de viejos amigos fundidos en un abrazo cargado de sentimiento ferroviario o la llegada a la madrugada de la “Legión Tucumana” a La Banda para no separase hasta el día de nuestro regreso, llegar a Chaupi Pozo apagar el motor de La Brujilda y escuchar los acordes del himno nacional, en el comienzo de un acto escolar del cual participamos y genero algunas demoras para llegar a Gramilla pero no evitó que el pueblo no nos estuviera esperando en el andén.
Llegar a San Miguel de Tucumán es sinónimo de miles de imágenes y sentimientos, el recibimiento, las lágrimas, alegría de poder demostrar que el regreso del tren a los pueblos es posible, la recepción en la Municipalidad de Tucumán, el abrazo con la “Legión Tucumana” la satisfacción de haber cumplido con cada uno de los que creyó y confió en nosotros, el asado en los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo, el placer que fue entregar en cada escuela, sociedad de fomento, jardín de infantes, colegios secundarios, talleres y cada mástil que estuviera cerca de las vías una bandera argentina, nos propusimos sembrar banderas celestes y blancas desde Bahía Blanca hasta Tucumán para que de una vez por todas florezca nuestra querida patria.
La vigilia del 9 de julio en la plaza, el himno en la catedral, la felicidad que te produce el conocer nuevos amigos que te brindan una caricia al alma, te brindan su hogar, su hospitalidad y te hacen parte de su familia.
Vaya esta travesía por todos ellos, por los que soñamos, por los que sufrimos el dolor ajeno en nuestra piel, por los que creemos en ideales, por los que mueren de pie, por los que anteponemos la patria y el pueblo a nuestros interese personales, por vos, por mí, por el regreso del tren a los pueblos.
Fotos: Gacetilla
Fuente: Gacetilla