Madrid – 13/02/2023: Cuando hace ahora justo un año SNCF, la operadora francesa de ferrocarril, anunciaba que se retiraba de la sociedad compartida con Renfe que operaba los trenes de Alta Velocidad conjunta entre Francia y España, se escribía un nuevo capítulo de la muy peculiar manera que en el país vecino tienen de entender la liberalización del mercado ferroviario europeo.
Mientras que Ouigo, filial ‘low cost’ de SNCF, opera sin problemas en la red AVE española, los problemas para Renfe para desembarcar en Francia no se detenían. «En España les abrimos las puertas, aquí es distinto», explicaba esta mañana con mucha prudencia un responsable de Renfe a bordo de uno de los trenes AVE en fase de pruebas que se confía que antes del verano puedan ya estar operando de manera comercial las rutas Madrid-Marsella y Barcelona-Lyon.
Será la primera vez que Renfe, en solitario, opere fuera de las fronteras españolas, un paso más en la estrategia de una compañía que se ha fijado como objetivo que en 2028 el 10% de sus ingresos provengan de mercados internacionales. El primer paso, comenzar a operar las citadas rutas hacia Francia, las mismas que ya se ofrecían de manera conjunta con SNCF y que ahora brindará Renfe en solitario. No está siendo un proceso fácil, sobre todo, explican fuentes de la compañía española, por la complejidad del proceso exigido en el país vecino.
Exigencias y pegas
Exigencias, pegas también podrían llamarse, que van desde los distintos Certificados de Seguridad que exige la Agencia Francesa de Seguridad (EPSF) -en Francia el certificado no se otorga para el conjunto de la red, como sí ha obtenido Ouigo para operar en España, sino por cada una de las líneas-, a otras exigencias que, se asegura desde la parte española, no se entienden de otra manera sino es para obstaculizar la llegada de Renfe a Francia. Si para operar con el sur francés las dificultades han sido importantes, aún más se esperan cuando antes de que acabe 2023 Renfe trate de cumplir su objetivo de llegar con trenes españoles a París. «Sabremos que pondrán dificultades», explicaba esta mañana un responsable de Renfe respecto a un proyecto que incluso tuvo que ser refrendado políticamente en el transcurso de la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona en enero. Para ayudar en todo este proceso, Renfe ha decidido abrir en Francia una sucursal para facilitar toda la operativa comercial.
Antes sin embargo de llegar a París, y antes a Marsella yLyon, Renfe prosigue con las llamadas «marchas en blanco», con las que trenes AVE circulan por la red francesa simulando una operativa convencional. Tres maquinistas ya habilitados son los encargados de llevar a cabo dichos trayectos, paso previo a dar la formación a otros 20 compañeros que, junto al mismo número de interventores, serán los encargados de dar el servicio. Lo más complicado, explica Ricard Codina, uno de estos maquinistas, tener que combinar en un mismo trayecto dentro de Francia distintos sistemas de seguridad: uno para la red de Alta Velocidad, otro para los 200 kilómetros de red convencional que hay entre Perpiñán y Nimes, que siguen constituyendo el cuello de botella ferroviario del sur de Francia y que son, también, ejemplo del más bien poco interés de Francia en la fluidez ferroviaria entre ambos países.
Fuente: ABC