domingo, julio 20, 2025
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Rusia: Descubriendo en tren el alma de Rusia

El tren entra lentamente en la estación Ladogaer de San Petersburgo, la emoción se dispara entre los pasajeros
Rusia es el país más grande del mundo. Las distancias son gigantescas. Para explorar la vastedad del paisaje y el alma de la gente, nada mejor que viajar en tren.

Da igual si se trata del Ferrocarril de Murman, el tren Sapsan o el Transiberiano: la posibilidad de conocer el carácter de los rusos está garantizada.

Después de una fuerte sacudida, el convoy gris se detiene abruptamente. También es gris el uniforme de Alexander, quien está parado en la puerta de un vagón. Él es el dueño absoluto del vagón número 10, un coche-cama con nueve compartimentos.

Solo cuando todo está en orden, los pasajeros pueden subir al tren y se les asigna un compartimento con bancos tapizados de color azul y cortinas anticuadas.

Sin embargo, los propios pasajeros tienen que tender la cama. Hay toallas y ‘pachkis’, zapatillas de tela con las que se puede caminar cómodamente por los pasillos.

También la ropa de los viajeros es informal. Y es que durante las próximas 47 horas, el compartimento va a ser una especie de pequeña vivienda común sobre ruedas.

Puntualmente, el tren de Murman se pone en marcha con dirección a Murmansk, sin ningún aviso. Durante el viaje, uno llega a conocer a sus vecinos en el compartimento.

No siempre es fácil entenderse, pero de alguna manera la comunicación funciona. Yuri, por ejemplo, relata que trabaja en una mina cerca de Murmansk. “Es un trabajo muy duro, pero nos pagan bien”, dice. “Mi mujer y mi hija siguen viviendo en San Petersburgo y yo voy y vuelvo”, explica el ruso. “Además, en esos viajes siempre conozco a personas interesantes”, agrega Yuri, quien invita a sus compañeros de viaje a tomar un vodka en el vagón restaurante.

“Nosotros no pedimos el vodka por copas, sino por peso. ‘Sto gramos’ son 100 gramos”, explica Yuri. Sería muy descortés rechazar la invitación para beber vodka o no terminar el vaso.

Por supuesto que los rusos esperan que también los turistas extranjeros los inviten de vez en cuando a tomar un vaso. Durante un buen rato, el mundo exterior ya no es importante

AM Queretaro

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