martes, septiembre 9, 2025
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Atocha, 7:37 horas: una mañana en los trenes que cambiaron la historia

España – 11/03/2022: Aún no son las 7:00 horas. Como dice el manido chascarrillo, las calles no están «puestas» en la capital. La de Alfonso XII, en la plaza de la Independencia, está a la entera disposición de los taxistas. Las pequeñas luces verdes, en una noche aún cerrada, no tardan ni tres minutos en recorrerla hasta su desembocadura: la estación de Cercanías de Atocha. Más gente de mediana edad que jóvenes –aún es pronto para ir a clase– empiezan a poblar una instalación que pisan a diario 270.000 personas. En su exterior, en el paseo de Infanta Isabel, una docena de viajeros espera al «Circular», mientras un joven reparte periódicos gratuitos en la parada.

En el interior de la estación, la gente camina a buen ritmo para acceder a uno de los ocho andenes a la hora que marcan los relojes. Algunos, que cargan con pesadas maletas, reciben en los tornos la ayuda de voluntarios de Cruz Roja. Los tableros informativos van marcando las horas: apenas cinco minutos entre tren y tren. A las 7:38, la vía dos, que comparte espacio con la uno, recibe la llegada de un convoy. Poco más de doscientas personas se reparten en los casi 200 metros de andén. Casi todos, con su correspondiente mochila. Ninguna llama especialmente la atención. Una persona de seguridad, por vía, vigila que todo funciona en perfecto orden.

Antes de cometer errores irreversibles, dos universitarias consultan el casi indescifrable mapa del Cercanías y que preside el centro del vestíbulo. Son de las pocas personas que se conocen en el andén: nadie más habla entre sí ni se mira. Desde la calle Téllez, el tren, de doble altura, llega a su parada, puntual, como siempre. Está prácticamente lleno. En su interior, una mujer mayor duerme, mientras que, en otro vagón, un joven da sus primeras cabezadas. Las puertas se abren…

Monumento en la Estación de Atocha

Fuente: La Razón

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