Rodolfo García (exAlmendra) posa junto al mural de su amigo Luis Alberto, realizado con azulejos por el artista Oski De Biase, en el andén de la estación Villa Urquiza del tren Mitre (Foto de Archivo Cultura.gob.ar)
El Flaco pasó buena parte de su infancia y adolescencia y regresó a la zona a fines de los ochenta. Gracias al voto vecinal, el túnel de Congreso llevará su nombre. Desde su muerte se instaló una estatua y un mural en torno a la estación ferroviaria, un secundario para adultos evoca el tema Muchacha ojos de papel y hasta se quiere renombrar un tramo de Iberá al 5000, donde está el estudio del extinto músico.
La Comuna 12 dio la nota los últimos días, cuando supimos que por el voto vecinal en redes sociales se llamará Luis Alberto Spinetta al paso bajo nivel de Avenida Congreso, en Coghlan. Es una de las tantas formas en que este barrio del norte porteño homenajea a uno de sus vecinos dilectos.
El chico que escuchaba Los Escarabajos en el club Estudiantes del Norte
Los vecinos de Saavedra y Villa Urquiza convivieron con el flaco en sus años de infancia y en los últimos tiempos. Según contó Spinetta, de chico, a los 12, iba a bailar al club Estudiantes del Norte porque en Besares y Holmberg vivía su abuela paterna, Ana Catalina Spinetta.
“Ibamos a bailar en carnaval. Allí escuché allí por primera vez a The Beatles, que los traducían como Los Escarabajos; no se sabía qué eran. Cada noche esperaba que pasaran esa música, que en determinado momento se empezaba a repetir. Eran otros DJ’s. Esos bailes consistían en sacar a las pibas y bailar, tomar algo, charlar, no pasaba nada en especial. Me hacía el intelectual”, recordó de aquel tiempo en una charla con Javier Perpignan y Marcelo Benini (Periódico El Barrio, 2008).
“A mi tío Oscar le robaba los puchos y los fumaba a escondidas cuando ella iba a hacer las compras. Además había discos de música clásica, recuerdo que escuchaba a Bela Bartok mientras fumaba un Chester”, describió el músico.
Luis Alberto se durmió, vamos a cantarle con emoción
Después ocurrió la vida, el arte, la poesía que giró años y años por radios, escenarios, en la historia de millones de personas que mecharon vivencias personales con pasajes spinetteanos. El Flaco pasó de la Muchacha ojos de Papel a Invisible a Spinetta Jade al salto solista a Los Socios del Desierto, entre tantas otras mutaciones.
En el medio, su regreso al barrio fue en 1989. Contó que estuvo años en Miller y Manuela Pedraza, hasta que sufrió un robo y optó por mudarse dentro de Urquiza. En su nuevo hogar instaló su estudio de grabación en Iberá al 5005-9, casi Pacheco. “Se puede decir que vivo dentro del estudio”, bromeó en aquella charla de 2008. “La gente de acá a la vuelta me quiere mucho. Conozco pocos vecinos, pero son muy buenos”, agregó.
Leer también: En el nombre del Flaco: llamarán Luis Alberto Spinetta al nuevo túnel de Av. Congreso
Así fueron su ritmo de vida hasta el verano de 2012, últimos tiempos en que su salud desmejoró en demasía, luego de que en julio de 2011 le detectaran cáncer de pulmón. “No paniqueen, y no tomen en cuenta las noticias que han generado los buitres de turno”, había dicho El Flaco en diciembre ante fotos difundidas por la prensa dentro de su hogar.
Al poco tiempo, el 8 de febrero, el vecino de Villa Urquiza falleció entre los suyos. Ese mismo día la casa de Iberá al 5005 se llenó de vecinos y seguidores que mostraron su dolor y respeto.
“Las paredes externas del domicilio de Spinetta fueron adornadas con dibujos y cartas. Una de ellas recordaba: “canta, canta, canta toda la vida/ canta con emoción y al partir sentirás una brisa inmensa de libertad”, evoca una crónica de Marisol Parnofiello.
Un museo a cielo abierto que recuerda al Flaco
Cuando hoy suena algún tema de Spinetta en una peña o centro cultural, los presentes corean, siguen la letra con intensidad. Desde su muerte, el legado de Spinetta creció,
atravesó otros horizontes, se dio a conocer a nuevas generaciones. Se puede apreciar en tributos musicales, en el humor gráfico y en la plástica, inspirada en las tapas de sus discos. Nuevos referentes toman su legado para crear: es el caso de la dramaturga Antonella Suco con su obra de danza Al ver verás o del dibujante Gabi Brubí, entre tantos otros. También el recuerdo late en las calles de su barrio.
Uno de los primeros agasajos se instaló en Roosevelt y Triunvirato, al pie de las vías ferroviarias a fines de julio de 2013. El artista Fernando Pugliese realizó una estatua tamaño real de Spinetta. La obra lo muestra de jean y camisa clara con una guitarra en mano. La estatua está dentro de una especie de escenario con telón bordó de fondo y costado. La obra original tenía unos anteojos colorados, los que se robaron en varias oportunidades.
“Se eligió a Spinetta, porque fue uno de los músicos que generó el rock nacional y, sobre todo, porque fue quien le dio una característica muy personal al género. Por eso el homenaje es de esas figuras que como Gardel, Sandro, Olmedo o Fangio, nos representan a todos”, sostuvo Pugliese el día de la inauguración, rescata un texto de Cristian Vitale.
Al año siguiente, los vecinos de Urquiza arengaron para que Iberá al 5000 se llame Spinetta, porque allí vivió sus últimos tiempos. “Homenajeemos a un grande que se fue, honremos a la ciudad que tuvo la suerte de tenerlo, que nos siga dando luz todos los días con su nombre”, explicaba el texto subido a redes sociales. Por la contra, el Artículo 5º de la Ley 83 de la Ciudad de Buenos Aires establece que hay que esperar diez años desde la muerte de una persona para proponer un homenaje de este estilo.
En septiembre del año pasado se presentó en mural “Alma de diamante” con el rostro blanquinegro de Spinetta y un fondo azulado. Lo hizo el artista Osky Di Biase en la estación Villa Urquiza del ferrocarril Mitre, costeado por el Ministerio de Cultura de Nación (foto).
Está hecho con mosaicos, la técnica se llama “trencadís” (el azulejo tiene bordes irregulares). Tiene tres metros de largo por dos de alto. “Este mural es un homenaje en agradecimiento a su obra y también a los vecinos del barrio”, explicó Di Biase.
Tras la experiencia de saber que son necesarios diez años para renombrar calles o plazas, se tomó un tramo de canción para bautizar al Centro Educativo de Nivel Secundario N° 78 D.E 15 ubicado en la calle Echeverría 5034. Tras dos votaciones en la Legislatura con audiencia pública mediante, se llamará “Corazón de tiza”, en recuerdo al tema Muchacha ojos de papel del grupo Almendra, la banda de juventud del Flaco.
El 28 de abril la Legislatura porteña aprobó por unanimidad esta iniciativa del profesor Leonardo Killian, vecino de Parque Chas y docente en el CENS 78. La idea, que fue apoyada por docentes y alumnos de ese establecimiento, es homenajear al músico Luis Alberto Spinetta, fallecido en 2012 cuando vivía en Villa Urquiza, cuenta el sitio web de Parque Chas.
La idea fue transformada en proyecto de ley por el diputado porteño Aníbal Ibarra a través Carlos Grisafi, integrante de la Junta Comunal 15, quien fue contactado por Killian.
“Se me ocurrió ese verso de “Muchacha” que me pareció apropiado para una escuela, aunque el querido flaco no lo haya pensado para tal fin. Las vueltas de la vida: No fui un alumno modelo, me echaron de tres escuelas y terminé el secundario a los 29 años en un nocturno. Me echaron, entre otras cosas, por no cortarme el pelo. Una pequeña revancha que me dio la vida. Muchacha ojos de papel lo escuché por primera vez en el Teatro Coliseo cuando Almendra lo tocó en 1969. Las vueltas caprichosas de la vida”, dijo Killian.
La última noticia que une a Spinetta y a Urquiza llegó con una votación vecinal. Ellos decidieron que el paso bajo nivel de avenida Congreso evoque su música y su legado. La iniciativa fue del área de Participación Ciudadana del gobierno. Estaban postulados también Horacio Guarany y Roberto Goyeneche, quienes también habían vivido en la Comuna 12.
Fuente: Pura Ciudad
