Un nuevo avance se realizó estos días para poder cumplir el objetivo del proyecto de poner en actividad el futuro Ferrocarril Turístico y Comunitario de Ayacucho, en la provincia de Buenos Aires.
Invitados por su presidente, el Sr. Adrián Sánchez, Rieles estuvo presente en un nuevo hito de este emprendimiento. En estos últimos días, integrantes de la asociación que lleva adelante este proyecto, acompañados por profesionales del Instituto de Tecnología Industrial – INTI, pudieron mover la locomotora a vapor que se encuentra emplazada en un tramo de vía, dentro del Museo Histórico Regional de la ciudad de Ayacucho desde el 21 de septiembre de 1987.
Como lo anticipáramos en otras notas anteriores, la locomotora a vapor en cuestión se trata de una clase 8A, con numeración 3351, que fuera usada para pasajeros y maniobras en el Ferrocarril General Roca, fabricada en 1907 por M. British, con un peso total en servicio de 74.100 Kgs, un largo de 13 Mts, altura 4,50 Mts, ancho 3,20 Mts, y que fue cedida al museo oportunamente por Ferrocarriles Argentinos.
Los trabajos que se vienen realizando desde hace un tiempo consistieron en limpieza de óxido y lubricación de partes móviles, lo que una vez concluidas estas tareas fue necesario empujar a la locomotora mediante un tractor, con medio giro de ruedas hacia cada lado, dentro del propio pedestal donde se encuentra apoyada.
El resultado fue ampliamente satisfactorio, ya que apenas fue empujada, las ruedas giraron muy libremente, dando un indicio de las buenas condiciones en que se encuentra para poder ponerla en funcionamiento sobre una vía.
Como dijéramos más arriba, esto es solo un paso más dentro del proyecto, aún quedan muchos más por dar para que el mismo se pueda concretar. Pero lo interesante es que se trata de algo que surgió a través de la necesidad de que hacer con la basura domiciliaria, que como todos los pueblos la arroja en las afueras de los mismos, pero que a medida que pasa el tiempo este sistema se hace insostenible.
En el caso de Ayacucho, se está viendo la posibilidad que la basura orgánica se transforme en combustible por medio de la compactación de la misma a través del estruje, esto da como resultado briquetas de biomasa que podrían llegar a utilizarse en la caldera de la locomotora.
El próximo paso a seguir es el armado de lo que será el taller de reparación de la locomotora, en el cual se desarrollará la tarea del desarmado integral de la máquina para el análisis de cada una de sus piezas. También se sigue gestionando el traspaso de coches de pasajeros, y otro tipo de material rodante que se encuentra en Junín.
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La nota completa en la edición escrita de revista Rieles
Agencia Rieles
