Renfe prepara para el año que viene cinco trenes entre Madrid y Barcelona, llamados EVA, basados en la cocreación con los clientes y en los que las nuevas tecnologías serán las protagonistas
La industria ferroviaria lucha por no perder el tren de la innovación. En un intento por modernizar un servicio ya centenario, la Alta Velocidad Española se ha sumergido en la transformación digital para adaptarse a las nuevas tecnologías ya disponibles. Aprovechando el décimo aniversario el año que viene de la ruta que une Madrid y Barcelona, Renfe ha lanzado EVA. Un proyecto, bautizado por el propio ministerio de Fomento como de Smart Train, en el que los clientes cocrearán el equipamiento a bordo de los convoyes y la conectividad será la gran protagonista del trayecto.
Gracias a la inclusión del wifi en todos los trenes, Renfe ha apostado por que los viajeros puedan conectarse entre ellos para compartir a su llegada un medio de transporte. Si dos personas tienen que desplazarse hacia un mismo lugar, a través de una app, podrán contactar durante el trayecto y decidir si prefieren coger el mismo taxi para repartir los gastos. Igualmente, y con la idea de mejorar la experiencia de viaje para grupos, está previsto que los vagones cuenten con espacios comunes para hasta seis personas en los que trabajar o, simplemente, pasar en compañía las dos horas y media que separan una ciudad de otra.
Trenes vivos
“Planteamos EVA como un laboratorio de pruebas sobre nuestros servicios y atributos para fortalecer nuestra cartera de productos de alta velocidad”, aseguran desde Renfe. Precisamente, en este intento de experimentación digital, los nuevos trenes todavía no están completamente definidos. Aparte de la complejidad técnica que requiere su construcción, la idea es que se convierta en un ser vivo que se adapte a las necesidades de los usuarios. Se trata de un proyecto abierto en el que la idea, tal y como expresó el titular de Fomento, Íñigo de la Serna, se basa en la inmediatez, personalización y servicios bajo demanda que exigen los nuevos viajeros.
La realidad aumentada parece que tendrá su hueco en estos Smart Train. La intención es que los usuarios, mediante su teléfono móvil, puedan ver cómo salen de sus pantallas los lugares de interés por los que atraviese el tren. Igualmente, esta tecnología facilitará información detallada para ubicar en qué punto del trayecto se encuentran y, para aquellos que no hayan preparado minuciosamente el viaje, actividades de interés que realizar tanto en Madrid como en Barcelona. “¿Qué esperan nuestros potenciales clientes que hoy no utilizan la alta velocidad? Responder a esa pregunta es clave y por eso lo planteamos de manera conjunta con ellos”, explican en Renfe.
Todo el viaje con un clic
Lo que subyace detrás de convertir los convoyes en espacios inteligentes es la personalización del servicio. Un elemento novedoso en España y en la gran mayoría de países, pero que en Francia, por ejemplo, llevan experimentado desde hace cuatro años. SNFC, el homólogo galo de Renfe, cuenta con lo que llaman “el puerta a puerta”. Solo con la compra de un billete de tren es más que suficiente para alquilar al mismo tiempo un coche, reservar el hotel y coger un vuelo. De esta forma, todo queda centralizado en un único punto y no es necesario acudir a diferentes sitios para cerrar un viaje.
EVA cuenta con la misma idea. Mediante un billete integrado, disponer de todos los sistemas de transportes que el viajero necesita. En esa cocreación con los clientes se determinará hasta dónde se abre el abanico de posibilidades. Por el momento, que un ticket contenga una habitación de hotel no forma parte de estos nuevos servicios; aunque la digitalización ya ha demostrado en otros países que es factible. Una vez superados los problemas de conectividad a bordo, el sector ferroviario español amplía sus miras con la ayuda de la tecnología para evitar quedarse rezagado y adaptarse a una transformación que afecta a la gran mayoría de negocios.
La intención de Renfe es ampliar EVA a otras líneas de alta velocidad, pero todavía no ha desvelado a cuáles. El laboratorio de pruebas en el que está sumergido afecta a todas las áreas casi por igual. Según discurran los meses, el proyecto quedará más definido. La relevancia de las nuevas tecnologías resulta evidente con los detalles que han trascendido del equipamiento con el que contarán los trenes, pero esto no significa un punto final. La aceptación, las sugerencias y los últimos retoques propuestos por la cocreación de los clientes serán la prueba de fuego final para que el año que viene circule por las vías un tren verdaderamente inteligente.
Adiós billete, hola biometría
La biometría se ha convertido en una de las tecnologías que más adeptos está ganando para la identificación de las personas. Desde Renfe han pensado que su nuevo tren inteligente de alta velocidad, llamado EVA, la incorpore para decir prácticamente adiós a los billetes. A través del reconocimiento facial o dactilar, los viajeros tendrían acceso al tren sin necesidad de mostrar nada tanto en formato físico como digital. Como todo lo que rodea a este proyecto vive en una experimentación constante, por el momento, no está completamente definido que el resultado final sea este; pero parece que para coger un tren vamos a tener que echarle un poco de cara.
Por Jorge G. García
Fuente y fotografía: retina.elpais