Buenos Aires – Argentina – 15/06/2020: Muchísimas historias son las que construyen sentidos en nuestra ciudad y La Estación Provincial forma parte de un conglomerado de ellas, que hoy en un video, tiene de testigos al ferrocarril y el sentido de pertenencia de un barrio.
Juan Montiel fue quien compartió la cinta de esta historia que muestra otra realidad, algo diferente a la de hoy. El video, o mejor dicho, el fragmento de la historia de un ferrocarril y su contexto social. El significado de la llegada de algo tan espectacular como en ese momento se le adjudicaba a lo que hoy es pasajero, cotidiano.
En el video se puede apreciar la humanidad de un tren en el que un pequeño usa de juguete, a pesar de tener tamaño monumental. Sube y baja las barandas de la gran estructura de hierro que por el momento toma un carácter divertido para él. Como postula Gabriela Pesclevi ¿De qué manera podemos pensar este hecho en la actualidad pero sin dejar de permanecer allí? ¿De que forma nos constituye?
El vapor alienta al tren a moverse. Así percibimos que algo está por suceder. Los más experimentados dirán que el tren está por zarpar y segundos después lo confirmarán cuando en el video aparezca en tránsito. Saludos de aquí y allá. Sobre el costado derecho, en otro camino de hierro aparece otra locomotora, dando cuenta que su destino es distinto.
Testigos manifiestan estas secuencias como indescriptibles. A pesar de ser solo imágenes, cada individuo de la sociedad puede imaginarse el sonido del vapor de la locomotora, que emite una bocina tan fuerte que podría escucharse a varios kilómetros. Los saludos entre las dos máquinas en los diferentes rieles también nos permiten pensar o imaginar un reencuentro pasajero, algunos de ellos en el medio de un desierto pampeano, que solo duran un par de segundos.
El video muestra que el tren en algún momento no fue solo un medio de transporte, sino un acontecimiento de la ciudad, pueblo o paraje. Un verdadero símbolo de pertenencia para aquellos que los veían resguardarse en los grandes galpones de la vieja estación. Así y todo, esta cinta parece ser un oasis en la cotidianeidad de lo indiferente. No tendrá la mejor definición, pero tiene, sin duda, los mejores recuerdos de una cotidianeidad pura e inocente.
Fuente: Diario Hoy