En el riel de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentar la eficiencia del combustible y reducir la huella de carbono, el ferrocarril lleva la delantera respecto de otros medios de transporte.
“Por su propia naturaleza, el ferrocarril es mucho más amigable con el medio ambiente que otros medios de transporte”, asevera José Zozaya, Presidente de Kansas City Southern de México (KCSM).
En este auge de aportar al cuidado del medio ambiente, surgió el modelo denominado “Bonos verdes”, cuyos fondos se destinan exclusivamente a financiar proyectos verdes, en las categorías de Transporte limpio; Energías renovables; Eficiencia energética; Prevención y control de la contaminación; Gestión sostenible de los recursos naturales y el uso de la tierra; Conservación de la biodiversidad terrestre y acuática; Gestión sostenible del agua y de las aguas residuales; Adaptación al cambio climático, incluidos sistemas de apoyo a la información; Productos adaptados a la economía ecológica y/o circular, tecnologías y procesos de producción; y Edificios ecológicos.
Los bonos verdes se pueden financiar con bonos de deuda corporativa, por inversiones internas de la empresas; bonos ABS (AssetBacked Securities por sus siglas en inglés), que son respaldados por activos financieros conformados como autopréstamos o préstamos al consumidor; y bonos de proyecto, para financiar grandes obras de infraestructura.
EN RIEL VERDE
Si bien en México el tren aún no participa en bonos verdes, van en el riel indicado, ya que aprovecha la tecnología en sus operaciones para limitar su impacto al medio ambiente.
“Participar en el tema de los bonos verdes es un reto que tenemos que asumir y en el que se está trabajando”, indica Iker de Luisa, Director General de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles.
Así, para mover una tonelada de carga por cada 771 kilómetros (km), un tren necesita un galón de diésel, mientras el autotransporte ocupa 1.6 galones de diésel por tonelada cada 100 km. Además, un solo tren transporta entre cuatro y nueve mil toneladas, lo que equivale a 300 unidades de autotransporte, colocándose como la forma más ecológica de mover carga vía terrestre, de acuerdo con la Asociación Americana de Ferrocarriles (AAR).
“El ferrocarril emite sólo la cuarta parte de los gases efecto invernadero que emite el autotransporte por lo que transportar mercancías en tren reduce las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) en 75%, comparado con el autotransporte”, añade Ramón Ortiz Soriano, Analista independiente del sector ferroviario.
Irais García Morales
Fuente y fotografía: t21