Es el sueño de cualquier viajero, 9.288 kilómetros de vía férrea que conectan Moscú y Vladivostok.
El Transiberiano es el sueño de cualquier viajero, una aventura que le permitirá recorrer Rusia de punta a punta, una vía férrea que conecta las ciudades de Moscú y Vladivostok.
El Transiberiano es la línea férrea más extensa del mundo con 9.288 kilómetros de recorrido, que cruza Siberia y que permite admirar la grandeza del imperio ruso, la decadencia soviética que le sobrevino después y la belleza aún salvaje de muchos de los paisajes que encontrará a su paso.
El tren cruza siete husos horarios, aunque usted deberá guiarse por el de Moscú si decide hacer el recorrido completo, que dura normalmente siete días y seis noches y que cuesta desde 170 euros si decide compartir vagón con los habituales usuarios de la línea.
La mayoría de los turistas paran en Irkutsk -a tres días de distancia de Moscú-, una de las ciudades mas pobladas de Siberia y que tiene como principal atracción el Baikal, el lago más profundo del mundo y uno de los principales escollos a los que debió hacer frente la construcción de la línea férrea.
También podrá viajar hacia Pekín, incluso hacia Corea del Norte, y adentrarse en Mongolia a través de distintos ramales, pero le recomendamos que continúe hasta Vladivostok, en el Mar de Japón y uno de los principales puertos de Rusia. Ésta, que es la ruta inicial, tardó en construirse trece años y se inauguró el 21 de junio de 1904.
Hoy sigue siendo uno de los medios más importantes para conectar el interior de Rusia con sus compatriotas de Oriente. El 30% de las exportaciones del país van en el tren hacia el puerto de Vladivostok.
Las ciudades más importantes por las que pasará si inicia esta aventura son: Ekaterinburg, que se encuentra en plena cordillera de los Urales y que es la tercera ciudad más importante de Rusia, donde destacan su inversión en el desarrollo científico e industrial del país; Novosibirsk, ya en Asia y capital de la región de Siberia; Irkutsk, muy cerca del gran lago Baikal; Ulan Ude, ciudad en la que deberá parar si quiere coger alguno de los ramales hacia Pekín o Corea del Norte; Khabarovsk, a pocos kilómetros de la frontera norte de China; la multicultural e industrializada Jabárovsk, y Vladivostok, final de ruta en el extremo oriental de Rusia.
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