jueves, abril 25, 2024
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Austria: Ruedas sobre raíles

Hoy nos bajamos del coche para tener una visión privilegiada, desde el tren, de uno de los países más espectaculares de Europa: Austria.

Los trenes están de moda. Estaciones, vagones y paisaje hacen un equipo muy especial. Por su orografía, Austria cuenta con una interesante red de ferrocarriles que hacen las delicias de todos aquellos que quieren viajar sobre ruedas, pero sin la preocupación de tener que conducir. Pero lejos de entender los viajes en tren como un simple traslado de un lugar a otro, subirse en muchos de los trenes de la Red Nacional de Ferrocarriles Austríacos, mejor si es uno panorámico, es toda experiencia. Sus paisajes, sus pendientes y algunos destinos los convierten en casi una obligación.

Ferrocarril de Semmering

Los 41 km de longitud para cubrir una distancia lineal de sólo 21 km han bastado para convertir este tramo de ferrocarril, que une Viena con Graz, al sur del país, en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Los motivos, eso sí, son muchos y para comprobarlo hay que subirse en el tren panorámico que sale de la capital y aprovechar la opción de bajarse en alguna de las paradas y conocer de cerca la región a través del camino que corre a veces, en paralelo a las vías.

Su constructor, Karl Ritter von Ghega, la planificó de tal forma que la técnica y la modernización coexistieran de manera armónica con la imponente naturaleza de la zona. Teniendo en cuenta que corría el año 1854, la construcción de la primera línea de tren de alta montaña en Europa se consideró todo un hito.

Los datos dejan todo muy claro. A lo largo de los 21 kilómetros lineales que separan Gloggnitz de Mürzzuschlag el ferrocarril supera una diferencia de altura de 459 metros, pasa por 14 túneles, 16 viaductos (algunos de ellos de dos pisos), y más de 100 puentes de piedra curvos. En al menos 60% del tramo la inclinación es de 20%, y en el punto más crítico llega a 28%. Los pueblos de cuento se suceden a través de las ventanillas, un paisaje intemporal rodeado de impactantes y bellísimas montañas.

El Paso de Alrberg o el Arlberg Orient Express

Puede que ya no sea el mítico tren que cruzaba Europa desde Londres a Estambul, pero el recorrido hasta Bucarest sí que continúa existiendo y hacerlo completo cuesta su dinerito. Un poco más económico y a la vez magnífico y emocionante por la zona que recorre es la ruta del tren Transpalpino a su paso desde Innsbruck hasta Bludenz, la ciudad del chocolate Milka. camino de Zurich, en la vecina Suiza.

El Paso mide 135,7 kilómetros y es uno de los más problemáticos de Europa, al tratarse de una vía de alta montaña, amenazada permanentemente por avalanchas, caídas de piedras y rocas, inundaciones, etc., pero nada de eso es motivo para que no sea también una de los más transitados del país.

El paisaje donde pastan las vacas «moradas» al amparo de los Alpes se interrumpe por el largo túnel del Arlberg, de 11 km., que conecta el Vorarlberg con el Tirol austriaco y termina justo en la estación de St. Anton am Alberg, donde nació oficialmente el esquí alpino. Sin embargo, esta interrupción del paisaje lo compensa antes y después del túnel un recorrido lento, que no puede sobrepasar los 90 km por hora ni de subida ni de bajada, y el paso por el mítico viaducto de Trisanna, que con un solo arco de hierro de 120 metros de largo, se alza sobre el río Inn. El castillo medieval de Weisburg completa la estampa. ¿Quién da más?

Y además….

El Valle del Ziller

Un recorrido romántico o ideal para hacer en familia, más sencillo, lento y sin tantas expectativas, es el del tren de vapor que recorre el Valle del río Ziller. Un homenaje a la nostalgia a bordo de uno de los pocos trenes de vapor (Dampfzug) y vía estrecha que aún funcionan y atraviesan las tierras fértiles y las montañas boscosas de este valle auténticamente tirolés.

Al Zilllertal se accede gracias a una línea privada de ferrocarril, el Zillertalbahn, que cubre los 32 kilómetros entre Jenbach y Mayrhofen, destino predilecto de muchos esquiadores. La empresa ofrece además del tren regular, la ruta turística en el tren de vapor, un estupendo plan hora y tres cuartos, para hacer desde el verano hasta el otoño y combinar con rutas de senderismo, pesca, etc.

Para fanáticos de la montaña, el Achenseebahn es el tren de cremallera a vapor más antiguo de Europa, construido hace más de 120 años, que todavía ofrece el recorrido desde Jenbach también, pero en sentido norte, hasta el lago Achensee, el más importante del Tirol, a 930 metros de altura. Son poco más de seis kilómetros de recorrido hasta la última estación, en Seespitz, donde la excursión puede continuar a bordo de un barco por el bonito y limpísimo lago rodeado de montañas. Un plan que sólo es posible hacer de mayo octubre.

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