La adjudicataria prepara ya el terreno para comenzar con las labores previas a la colocación de los muros pantalla
Después de 10 meses de enredos administrativos en los despachos para definir con claridad el proyecto, la integración del AVE en León se activará sobre el terreno en los próximos días. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la empresa adjudicataria, Copasa, prevén iniciar esta misma semana los trabajos para la demolición de los andenes de la antigua estación del tren, en la avenida de Astorga, toda vez que ya se han retirado los pares de vías y la catenaria hasta rebasar el antiguo paso a nivel del Crucero. No será una labor más para dar tiempo a que se resuelvan los problemas en los despachos, sino que supondrá el inicio real del soterramiento. Como tarde en el mes de marzo, si la meteorología no lo complica, las máquinas comenzarán a mover tierras para colocar los muros pantalla que sustentarán la caja por la que el ferrocarril discurrirá soterrado desde el entorno del estadio de fútbol hasta sobrepasar el antiguo cruce de Doctor Fleming.
La entrada de los obreros acaba con el largo proceso de los despachos. Desde que se adjudicó el proyecto a Copasa en abril, después de una licitación exprés de apenas tres meses, el trabajo se ha centrado en purgar los errores de la localización de los servicios, que no coincidían en algunos casos con los que había fijado sobre el plano que salió a concurso la empresa de ingeniería Ineco, perteneciente al Ministerio de Fomento. Estos fallos, que afectaban incluso a instalaciones del propio Adif, han hecho que se hayan tenido que emplear todos estos meses en subsanar las deficiencias y negociar con las empresas afectadas, como justifican desde el organismo estatal y la empresa adjudicataria.
La labor de ingeniería permite que ahora se programe el trabajo de las máquinas de manera ininterrumpida. Con un contrato fijado en 24,85 millones de euros, un 50,7% por debajo de los 50,8 millones de euros del presupuesto de licitación, los tiempos suponen un factor de mucha importancia por el margen de beneficios, puesto que las demoras se traducen en mayores costes. Este corsé se encuadra además en el compromiso de adjudicación, que establecía que la empresa cuenta para ejecutar el encargo con dos años, a contar desde que el 19 de agosto de 2016 se firmó de manera oficial el acta de replanteo entre el Adif y Copasa.
Los trabajos deberán de cumplir con lo marcado en el proyecto de integración ferroviaria, que abarca 1,2 kilómetros de recorrido urbano. Dentro de esta mancha, el tramo soterrado por completo ocupa 585 metros: desde poco antes de la actual estación de viajeros hasta sobrepasar el antiguo paso a nivel del Crucero, donde empezará a emerger en rampa para alcanzar la superficie en el entorno de los talleres. Bajo el terreno quedará el andén de la alta velocidad, al que se accederá desde la ampliación de la terminal que tendrá que ejecutarse. Mientras, sobre el terreno, la antigua traza quedará convertirá en un gran pasillo peatonal, con lucernarios para dar luz natural a la zona baja de la vía.
El desarrollo de los trabajos dispone además de la flexibilidad que da que la mancha de terreno esté libre para poder trabajar, sin necesidad de cortes ni cautelas. Esto se da gracias a que existe el by pass ferroviario que hace que los trenes salgan en fondo de saco y no tengan que cruzar por el espacio de la integración e imposibiliten el soterramiento.
Fuente y fotografía: diariodeleon
