lunes, abril 29, 2024
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España: La historia de La Panderola, el tren que ‘volaba’ en Castellón

‘Mediterráneo’ recupera algunas de las fotos más espectaculares del popular tranvía que funcionó desde 1888 hasta 1963

Castellón era y es una provincia con una importante producción citrícola y de productos como el azulejo. Es por ello que en el siglo XIX se hizo imprescindible la construcción de un ferrocarril que conectara estas zonas con el puerto para la posterior exportación de los productos. Fue entonces, concretamente en 1888, cuando nació el histórico tranvía a vapor bautizado como La Panderola, traducido del valenciano como ‘cucaracha’.

El popular apodo se debía tanto al color negro que provocaba la máquina de vapor con combustible a carbón, como a la lenta marcha de la máquina, que en sus inicios tardaba casi una hora en unir Castellón con Burriana. El tren, lógicamente, aumentó su velocidad y su recorrido, pues con el paso de los años fue uniendo poblaciones como Castellón, Onda, Burriana o Vila-real, comenzando el servicio regular el 13 de agosto de 1888 en el tramo entre el Grao y la capital de la Plana. Un año más tarde, concretamente el 1 de agosto de 1889, Castellón se conectaría también ya con Almassora.

El tranvía sigue muy vivo en el imaginario colectivo de los castellonenses que disfrutaron de su servicio y quienes no han tenido la suerte de subir en sus vagones seguro que conocen de memoria la canción sobre el “tren que vola” que le ha convertido en inmortal, y que en este vídeo interpreta el grupo Els Llauradors:

La Panderola, una de las infraestructuras que más ha cohesionado históricamente las comarcas de la Plana Alta y Baixa, se erigió como pieza clave de la economía y de la sociedad provincial desde 1888 hasta 1963. Como muestra de su utilización por parte del pueblo, sumando los tres últimos años completos en los que la locomotora estuvo en marcha (1960, 1961 y 1962), un total de 2.612.830 pasajeros compraron su billete, según datos recogidos en el libro ‘El tranvía a Vapor de Onda al Grao de Castellón de la Plana’, de Juan Peris Torner. Teniendo en cuenta que el objetivo inicial del tranvía era el de su transporte de mercancías, el dato habla por sí solo de la importancia que llegó a tener en su día entre la población.

En 1891, la Panderola se cobró su primera víctima, un hombre a quien los médicos Enrique Beltrán y Juan Bautista Ballester tuvieron que amputar una pierna. No acabaron aquí las vicisitudes de una línea que en 1931 estuvo a punto de desaparecer cuando la compañía abandonó la concesión, teniéndose que hacer cargo de la misma el Estado.

En el momento del cierre definitivo de la línea, datado el 1 de septiembre de 1963, La Panderola disponía en total de 212 vagones, de los cuales 184 estaban en servicio y 28 en reparación. 38 eran coches de viajeros y 174 vagones de mercancías. En el último trayecto el maquinista fue Martín Bonilla, con José Agramunt como jefe de tren. La Panderola dejaría así de funcionar después de 75 años en la Plana.

Una de las máquinas originales estuvo expuesta hasta finales del siglo XX en el Parque Ribalta, como elemento decorativo y de ocio infantil. Finalmente fue retirada y actualmente está expuesta en el Parque de la Panderola en el Grao de Castellón. También en Vila-real se puede encontrar hoy en día uno de estos particulares trenes en la plaza que lleva su nombre.

R. FABIÁN

 

Fuente y fotografía: elperiodicomediterraneo

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