San Miguel de Tucumán, Argentina – Un viejo contrapunto entre la Municipalidad y la empresa del ferrocarril no permitió que se habiliten. Nuevo intento para reabrir las tratativas.
Podría ser una formidable escuela de varitas la esquina de Marco Avellaneda y avenida Sarmiento. Ahí los inspectores de tránsito están obligados a hacer todas las señas posibles y casi simultáneamente: que paren, que avancen, que retrocedan, que no invadan las sendas peatonales, que no giren a la izquierda y hasta el gesto de “qué bonito” cuando ven a un conductor hablando por celular. Es que pasa todo junto en esa intersección donde hay semáforos pero no funcionan, y hay varitas pero no siempre son vistos por los conductores.
“Esos semáforos nunca han funcionado. Yo estudiaba en la ENET N° 3, tomaba el 18 y nunca vi los semáforos encendidos. El tránsito siempre fue un lío, sobre todo en la época de clase al mediodía”, dijo Hugo Cruz, egresado de esa escuela técnica y ahora vendedor de repuestos en una tienda de la zona, por lo que siempre transita esas avenidas.
Por momentos los conductores retroceden y hacen ademanes dirigidos al varita reconociendo cuando han cometido un error. Pero otras imponen los bocinazos y la ley del más grande. “Es que no siempre están los varitas y la gente se confía y avanza nomás”, asume un motociclista que tuvo que hacerse unos metros atrás del paso peatonal por orden del municipal. “No se lo ve, sobre todo si venís por la Marco Avellaneda, el varita queda muy lejos y no siempre se lo ve”, se justifica.
Otros, directamente hacen caso omiso y giran a la derecha hacia la Sarmiento como si fuera un giro libre. Los más desafiantes, incluso, giran a la derecha por Marco Avellaneda viniendo por Sarmiento, una maniobra que está prohibida y que ni los pitazos de los varitas pueden evitar.
Pero a los que más les inquieta que no haya semáforos funcionando es a los peatones. “Cuando está el varita es mejor, pero cuando no está es imposible cruzar porque vienen autos de todos lados y ninguno frena”, se queja Mónica Cuezzo, empleada de una casa de comidas de la zona.
Modo manual
Según Enrique Romero, subsecretario operativo de Tránsito y Transporte de la Municipalidad capitalina, el problema es que no pueden instalarse semáforos en zonas de vías de ferrocarril. “No se puede hacer eso, porque si alguien no respeta el semáforo y cruza en rojo justo cuando pasa el tren puede ser una tragedia. Además, con el semáforo que hay en la avenida Sarmiento y Catamarca se haría una gran cola de autos… Hemos estudiado las alternativas y no vemos más opción, por lo pronto, que dirigir el tránsito de manera manual”, señaló el funcionario. De la misma manera, manual, es que los operarios del ferrocarril detienen el tránsito cuando pasan los trenes: caminan al lado de los vagones y se detienen en las vías para impedir el paso, explicó Romero.
Desde 2008
Los semáforos en esa esquina fueron instalados a comienzos de 2008. En noviembre de ese año, LA GACETA denunciaba que el complejo llevaba siete meses instalado, pero que las luces nunca se encendieron para ordenar el intenso tránsito de la zona. Según las explicaciones que se dieron en ese momento el problema era que faltaba un dispositivo electrónico que avisa cuando está por pasar el tren para que los semáforos se queden en rojo. El semáforo había sido colocado porque se lo considera un cruce problemático, por la intensidad del tránsito y por el paso del tren.
Al día de hoy las explicaciones siguen siendo las mismas. Juan Giovanniello, subsecretario de Tránsito, informó que nunca llegaron a un acuerdo con las antiguas autoridades del Belgrano Cargas para hacer la instalación necesaria para que el semáforo quede en rojo cuando pase el tren. “Nosotros queríamos hacer la obra pero no nos dejaban, entonces lo tenían que instalar ellos pero nunca lo hicieron. Hubo muchas idas y vueltas y al final no se pudo habilitar”, explicó.
Según el funcionario hace más o menos un mes se volvió a abrir el diálogo con las nuevas autoridades de la empresa ferroviaria, pero solicitaron que presentaran toda la documentación de nuevo detallando cómo será la obra. “Estamos elaborando ese informe, luego hay que presentarlo y esperar las autorizaciones para comenzar la obra. Es algo que llevará su tiempo, pero es imposible precisar para cuándo estarán funcionando”, advirtió Giovanniello.
Fuente y fotografía: lagaceta
