La tradicional terminal de trenes que funcionó en Neiva hasta 1985, que es Patrimonio Histórico y Arquitectónico del Huila y fue construida en 1938 se está cayendo lentamente como se dice literalmente a pedazos, la estructura está deteriorada por la humedad, el gorgojo y el paso del tiempo, sus techos, pisos y paredes están en el peor estado, la estructura incluso amenaza con derrumbarse en algunas partes.
La emblemática estructura que se encuentra ubicada en la parte posterior del Parque Andino, entre las calles Séptima y Octava y las carreras 14 y 15; se habilitó para prestar el servicio de cargue y descargue de pasajeros y transporte de carga fue construida entre los años 1935 y 1938, durante el primer periodo de gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo.
La edificación insignia de la ciudad se erigió incluida en la línea del ferrocarril Tolima-Huila, que en 1924 inició obras con el tramo Espinal-Saldaña. En 1926 la compañía Norton Griffiths & Co fue la encargada de reiniciar los trabajos de la línea férrea que habían sido suspendidos quedando en Saldaña, y en 1930 fue entregada la Estación de Villavieja.
El proyecto volvió a ser suspendido restando 44 kilómetros de vía férrea para llegar hasta Neiva. Ya en 1931, el Ministerio de Obras Públicas retomó el proyecto de tendido de línea férrea y construcción de estaciones y finalmente los trabajos concluyeron en 1938.
Su estructura física fue realizada en mampostería de ladrillo y teja de barro. En la actualidad conserva la misma estructura física en forma de planta rectangular con dos pisos y una torre lateral de mediana altura, que presentaba en sus inicios, pero con la diferencia que sus materiales ya no son los mismo por el paso del tiempo y se constituye en un riesgo para las personas que la visitan o laboran en sus alrededores como vendedores informales.
“Como es posible que una edificación que es tan importante como esta, Patrimonio Histórico y Arquitectónico del Huila esté en estas condiciones tan precarias, en el total olvido, no es ni la sombra de lo que era antes, ya nadie la recuerda y está en su peor estado, la pregunta es ¿quién hace algo para restaurarla?”, indicó Ricardo Figueroa.
En los años de servicio como estación, en el salón del primer piso se atendía al público y a los viajeros, que posteriormente esperaban en los amplios andenes para abordar el tren.
En el segundo nivel se encontraban las instalaciones administrativas. En la fachada occidental de la estación se observaba una torre rectangular, adornada con un reloj público de la época, que aún se conserva. En cada costado del edificio se encontraban salones alternos en los que funcionaban oficinas administrativas, depósitos y bodegas de la estación. Toda la cubierta general de la edificación fue techada con tejas de barro tipo español.
La Estación del Ferrocarril de Neiva formó parte de un numeroso conjunto de construcciones conformado por campamentos, bodegas y talleres, que hacían parte de la línea del ferrocarril que comunicaba a los departamentos de Tolima y Huila.
Hasta hace poco la Estación del Ferrocarril era la sede de la Dirección de Cultura Municipal, que por los mismos problemas estructurales, tuvo que ser trasladada al centro comercial Los Comuneros.
Sobre los antiguos rieles contiguos al edificio se observa una locomotora. Por su arquitectura, la Estación del Ferrocarril es considerada Monumento Nacional y Patrimonio Histórico y Arquitectónico del Huila, la cual también funcionó como un restaurante tradicional.
“A pesar de su historia, ya no es un sitio para mostrar de la ciudad como en sus mejores tiempos, algunos turistas la visitan y se llevan la sorpresa que está totalmente dañada, llena de grafitis, con los techos rotos, sin tejas, con palos a punto de caerse, las paredes huecas, las puertas de madera dañadas y carcomidas por el gorgojo, las paredes se les cae la pintura con el agua, tiene malos olores, en las noches se convirtió en una guarida de ladrones y viciosos, da lástima verla así”, expresó el ciudadano.
