Más de 50 luminarias de tecnología LED alumbran el exterior de la histórica estructura.
La instalación de más de 50 luminarias de tecnología LED pretende realzar la belleza arquitectónica de la histórica Estación del Ferrocarril al Atlántico, así como proveer un ambiente más seguro a los usuarios del servicio de tren.
Actualmente, parte del edificio sirve como terminal para quienes se desplazan de San José hacia provincias como Heredia, Cartago y Alajuela, así como a distintas partes de la capital.
La mayor cantidad de luces se colocó en la parte exterior de la icónica estructura, construida en 1908 y declarada patrimonio en 1980.
Sin embargo, también se iluminaron el sector donde se ubica un conjunto de árboles, al costado este de la propiedad, y el área de la antigua locomotora, que llama la atención de quienes transitan por el paseo de los Damas, sobre avenida 3 de San José, donde se instala la terminal.
La iniciativa es de la empresa Tecnolite Costa Rica, por medio de su programa Iluminando la Historia, que dona las luminarias y su instalación a emblemáticos edificios de la ciudad de San José.
«Se trató de dar mayor realce al exterior del edificio con una iluminación cálida y ámbar. Se eligieron elementos que ayudaron a que la estructura resaltara en la ciudad, colocando luminarias en cada una de las cerchas metálicas ornamentales de la fachada.
«También se resaltaron los dos volúmenes del techo y el rótulo identificador del edificio, para así crear un contraste», dijo en un comunicado Alberto Carvajal, gerente general de la compañía.
La iluminación se inauguró la noche de este martes, en un acto protocolario encabezado por Elizabeth Briceño, presidenta del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
El representativo inmueble, que antes de retomar sus funciones para la operación del tren sirvió como sede del Museo de Formas, Espacios y Sonidos, destaca por una arquitectura de estilos diversos. Entre estos figuran el victoriano, el neoclásico y el barroco, combinados con detalles modernistas.
En en 2011, el Ministerio de Cultura invirtió ¢25 millones en un remozamiento que le devolvió la vida a la edificación, la cual estaba deteriorada.
Fuente y fotografía: nacion
