La anulación por parte de Renfe de la línea de mercancías que cubría el norte de Galicia a través de la red de FEVE supondrá que las estaciones de Xove y Burela quedarán prácticamente sin actividad alguna. La medida, que la empresa pública aplicó desde el jueves sin previo aviso a operadores y empresas, y sin fecha para el restablecimiento del servicio ferroviario, también merma sensiblemente la actividad en las estaciones de Ferrol, Viveiro y Cerdido, indican fuentes sindicales. Además, las empresas encargadas de la carga y descarga en esos lugares despedirán personal si no tienen una solución a corto plazo.
Esa posible solución se debatió el jueves en una reunión con altos cargos de la compañía pública en Madrid, pero la oferta realizada a la empresas, cuentan fuentes conocedoras del caso, no son suficientes para estas. La compañía pública pretende que desde el lunes los trenes vuelvan a circular los martes, jueves y sábados, en lugar de hacerlo todos los días como ocurría hasta ahora. Por lo que se sabe de esa negociación, Alcoa se niega a esa solución y demanda, para seguir con el tren, que se le ofrezca el mismo servicio que tenía, no menos. La firma saca por Xove varios vagones diarios con destino a Amorebieta.
La compañía pública cortó el servicio para trasladar maquinistas desde Galicia a la red de cercanías de Asturias, donde en los últimos meses hubo cientos de cancelaciones por falta de personal. Asturias solucionará sus problemas, pero ahora se trasladan a Galicia sin que la solución planteada satisfaga a los clientes, ya que supone reducir las frecuencias a la mitad cuando algunas de la compañías implicadas estaban pensando en mover más mercancías.
La empresa más afectada es la planta de Alcoa en San Cibrao, una de las mayores de Europa de producción de aluminio, pero no es la única. El transporte de palanquilla del País Vasco a A Laracha vía Ferrol y el de madera también desaparecen. Con ellos tendrán que buscar alternativas por carretera los entre seis y ocho vagones semanales de fertilizantes que recorrían la línea y los cuatro de chatarra que empleaban ese mismo sistema de transporte.
La supresión del servicio solo a Alcoa supondrá que las carreteras soporten hasta 6.000 camiones al año, aproximadamente. El resto de las mercancías afectadas podrían sumar otros tantos.
Aunque Renfe no da cifras, fuente sindicales indican que encontrar maquinistas será complicado después de años de jubilaciones y sin que se cubrieran las bajas. El 12 de septiembre se incorporan 67 becarios que tardarán unos seis meses en estar habilitados. Ese mismo mes comienza la formación de otros 250 maquinistas, pero tardarán un año en estar preparados. Todo apunta a que los servicios no podrán prestarse con normalidad como mínimo hasta dentro de varios meses.
Fuente: La Voz De Galicia
