Bibop Gresta, uno de sus creadores, quien visitará Chile este jueves para participar del MeetLatam, revela cuáles son los principales desafíos de este megaproyecto cuya construcción ya comenzó.
Fue en 2013 que el millonario estadounidense Elon Musk, el fundador de Tesla, PayPal y SpaceX, presentó el primer concepto del Hyperloop, uno de los proyectos de transporte más visionarios del último tiempo.
En concreto, se trataba de un nuevo tipo de tren de alta velocidad que prometía unir los cerca de 360 kilómetros que separan las ciudades de San Francisco y Los Angeles en solo 30 minutos, bastante menos de las seis horas que toma hoy en día la ruta.
Si bien Musk fue el que lanzó la idea y propuso a grandes rasgos las características del proyecto, al cabo de un tiempo decidió alejarse de la iniciativa para concentrarse en sus proyectos, pero dejó abierto el desafío para que otros lo continuaran.
Uno de los que se interesaron en hacer realidad la idea fue Dirk Ahlborn, fundador de la plataforma de colaboración JumpStartFund. El emprendedor comenzó a buscar aliados para el ambicioso transporte y en un encuentro con emprendedores tecnológicos en California conoció a Bibop Gresta, cofundador de la incubadora italiana Digital Magics y quien había ayudado a crear más de 70 empresas, tres de las cuales habían debutado en bolsa. «Dirk se me acercó y me dijo, en perfecto italiano, que quería mi ayuda para desarrollar Hyperloop. Inicialmente, el proyecto parecía simplemente inalcanzable, la tecnología era muy complicada, y él quería hacerlo todo a través de crowdsourcing . La verdad es que sonaba como una quimera», recuerda Gresta, quien estará en Chile esta semana como parte de la conferencia MeetLatam 2016, que organizan BBVA y «El Mercurio».
Después de ese primer acercamiento, Gresta reconoce que el proyecto que le mostró Ahlborn estuvo cerca de un mes guardado en su escritorio hasta que finalmente se interesó en echarle una mirada. «Un día empecé a leerlo y, cuanto más leía, más me apasionaba: había contribuciones y científicos de SpaceX, Boeing, Tesla, Harvard, el MIT. Incluso, un científico de 96 años que había trabajado con Einstein, estaba aportando. Todos ellos decían cosas como «esto no funciona, pero echa un vistazo a esta patente», o daban consejos sobre la propulsión y otras cosas, básicamente estaban proporcionando toda la información necesaria para proceder», dice el vicepresidente y COO de Hyperloop Transportation Technologies (HTT), la compañía que fundó para sacar adelante la iniciativa. «En dos semanas creamos un plan en conjunto, compramos las patentes, marcas comerciales y así sucesivamente. A partir de la visión de Musk, Hyperloop, ahora se estaba convirtiendo en algo real», agrega.
A toda velocidad
En poco más de dos años, Hyperloop pasó del estudio de factibilidad técnica a la fase de construcción. La firma reunió a un equipo de 520 científicos de 42 países y actualmente prepara el prototipo del sistema en Quay Valley, California. Junto con eso, acaban de firmar un acuerdo con Eslovaquia para construir el primer sistema de transporte Hyperloop en Europa, que conectará Bratislava con Viena y Budapest. «Lo que estamos creando es un sistema de transporte basado en un tubo para el transporte inter e intraciudad», explica Gresta, quien agrega que la tecnología se basa en que la eliminación de aire en un tubo permite el paso de vagones a altas velocidades.
Y cuando se habla de alta velocidad, es «alta» de verdad, ya que el proyecto busca que el Hyperloop llegué hasta los 1.200 kilómetros por hora, garantizando tanto la seguridad como la comodidad de los pasajeros. «Usamos una combinación de suministro de energías alternativas y técnicas de conservación como la fotovoltaica, eólica, cinética, frenado regenerativo, y energía geotérmica para garantizar la sostenibilidad y el bajo costo», agrega el vicepresidente de HTT, quien afirma que el sistema está pensado para construirse de manera rápida y a bajo costo, por lo que puede ser sostenible rápidamente, a diferencia de la mayoría de las otras modalidades de transporte.
En términos económicos, Gresta asegura que para calcular adecuadamente el costo, es necesario saber primero dónde será construido el Hyperloop. Explica que su costo podría variar mucho dependiendo del tipo de terreno, la infraestructura que se necesita para construirlo, y la disponibilidad de recursos en el área específica. «Para una ruta de Los Angeles a San Francisco, estamos proyectando costos que son cuatro veces menores de los que se estiman para el tren de alta velocidad. Podemos variar de un mínimo de US$ 10 millones por milla a un máximo de US$ 25 millones por milla», comenta.
