En junio próximo, el Ministerio de Transportes debe revisar la suma que el tren urbano recibe por cada usuario transportado. Mayores costos operacionales de la estatal impactarán en esa cifra, cuyo incremento podría traspasarse al monto que paga el público.
El 15 de febrero pasado se concretó un alza en el precio del Metro durante la hora punta, pasando de $ 720 a $ 740. Pese a que el argumento de las autoridades fue que esos $ 20 extras serían utilizados para subsidiar la tarifa adulto mayor sin limitaciones de tiempo, la situación generó críticas de los usuarios, que incluyeron protestas y convocatorias para evadir el pasaje del servicio.
Pero existe otro factor que amenaza con un aumento del valor que pagan los usuarios del transporte público. Se trata de la negociación que en junio deben llevar a cabo Metro y el Ministerio de Transportes respecto a la tarifa técnica que recibe la empresa.
Según el reporte de sostenibilidad 2014 de la estatal, la tarifa técnica tiene como objeto “la cobertura de costos de la empresa, la cual se compone de costos operacionales, reposición de activos y deuda”. De acuerdo al Directorio de Transportes Público Metropolitano, por cada pasajero trasportado en horario punta Metro recibe actualmente $ 405, 94, mientras que en horario valle son $ 369,26. El resto del dinero del pasaje se va al fondo del sistema de transportes, que también incluye al Transantiago (ver infografía).
Aunque el subsidio aprobado el año pasado para el transporte público (de $ 120.000 millones en 2015, 2016 y 2017; y de $ 260.000 millones en 2018) contempló los mayores costos que tendrá Metro por la entrada en operación de las Líneas 3 y 6, distintas fuentes señalan que los gastos operacionales de la estatal han aumentado en los últimos años debido al plan de seguridad impulsado tras las megafallas registradas en 2014, el funcionamiento de la hora punta, cuya actividad es 36,6% más cara que en horario valle, y diversas mejoras en el servicio.
“Han subido las exigencias en seguridad y en mantenimiento. Se instaló aire acondicionado. Es decir el estándar de Metro ha aumentado. El costo también y eso se debe consignar en la tarifa técnica”, explica Louis de Grange, ex miembro del directorio de la empresa.
“Hay que tener en cuenta que la estatal no usa petróleo ni gasolina, por lo tanto, sus costos no se han visto disminuidos por la caída en el valor de estos insumos”, dice Guillermo Muñoz, director del Transporte Público Metropolitano.
Sin ir más lejos, de los $ 2.694 millones que se espera recaudar al año con el alza de $ 20, cerca de un 9% será destinado para paliar gastos operacionales de hora punta ($ 246 millones). El resto irá al subsidio del pasaje adulto mayor.
¿Aumento del pasaje?
Esta negociación está estipulada por un convenio firmado por Metro y el Ministerio de Transportes en 2013, donde se señala que la tarifa técnica debe ser analizada cada tres años, así como el polinomio con que se reajusta mensualmente esa cantidad, cuyas variables son “los precios de la energía, dólar, y de otros insumos que afectan el costo de producción del servicio”, según señala Muñoz.
Respecto a si la revisión de la tarifa técnica incidiría en el valor del pasaje que pagan los usuario, De Grange aseguró que “podría ocurrir, pero debería subir la tarifa de Metro o de los buses, cualquiera de los dos, porque los dineros van a un fondo común”.
Sin embargo, Muñoz recalca que “el incremento de tarifa técnica no debiera afectar el precio del pasaje que pagan los usuarios sistema, ya que el proyecto de ley de subsidio contempla este mayor costo”.
Consultado sobre este proceso, la empresa Metro S. A. declinó referirse al tema.