El Consejo Federal Suizo ha aprobado un mandato para que el país alpino comience a negociar con la UE su entrada en la Agencia Ferroviaria Europea.
Con este movimiento Suiza simplificaría el proceso de autorización que el material rodante fabricado en su país debe pasar antes de poder circular, y también implicaría que el país pudiera tomar parte activa en la confección de la legislación ferroviaria europea.
Como contrapartida, al entrar en la Agencia Ferroviaria Europea, Suiza perdería cierto poder en materia de seguridad ferroviaria nacional, aunque seguiría siendo la única con potestad para dar autorización a los trenes que circulen exclusivamente en el país alpino.
A pesar de no ser un miembro de la Unión Europea, Suiza ha implantado en su regulación nacional bastantes normas ferroviarias confeccionadas por Bruselas y desde 2002, ambas están unidas por el Acuerdo de Transporte Terrestre.
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