Los españoles prevén incrementar un 38% sus desplazamientos en trenes de alta velocidad durante el próximo año, según revela un estudio presentado ayer por Hitachi Rail. La investigación «Better connected – Report 2025», que encuestó a más de 11.000 personas en diversos países, sitúa a España como uno de los territorios con mayor proyección de crecimiento en el uso del transporte ferroviario de larga distancia.
A nivel europeo, la Unión Europea espera duplicar la capacidad de alta velocidad hasta 2030, respondiendo a una creciente demanda por alternativas de movilidad sostenible. Actualmente, el ferrocarril representa aproximadamente el 29% de los viajes de larga distancia —considerados como aquellos de 2,5 horas o más—, frente al 53% que se realizan en automóvil.
Giuseppe Marino, Director General de Hitachi Rail, afirma que «los resultados de esta investigación son sorprendentemente claros. La gente espera aumentar su uso del ferrocarril más que cualquier otro medio de transporte en los próximos cinco años». Este cambio en las preferencias de los viajeros representa un importante desafío para la industria ferroviaria y para los responsables políticos.
Los españoles, junto con los italianos, son quienes más prevén aumentar sus viajes en tren de larga distancia durante el próximo año. Entre los factores que influyen en esta decisión destacan el menor estrés, las conexiones directas y la velocidad. Mientras los mayores de 55 años valoran especialmente la frecuencia de estas conexiones, los menores de 35 años priorizan la facilidad para reservar billetes y la comodidad a bordo.
El estudio también señala un posible declive de los vuelos de corta distancia. Un 67% de los europeos encuestados apoya la prohibición de estos vuelos cuando existan alternativas ferroviarias de alta velocidad, medida que ya se ha implementado en Francia y está en debate en España. En estos dos países, incluso se respaldaría una legislación adicional más estricta (63% en España y 56% en Francia).
Siete de cada diez personas utilizarían más el transporte público si estuviera mejor conectado, destacando su preferencia por viajes rápidos y con buenas conexiones en el primer y último tramo. Esta tendencia refleja una creciente conciencia sobre la necesidad de una transición hacia sistemas de movilidad más eficientes y sostenibles, fundamentales para reducir emisiones y mejorar la calidad del aire.