Julián es un niño de cinco años a quien siempre le gustaron los trenes. Por eso, junto a su abuelo Domingo juegan a conducir trenes, ven videos compran revistas sobre éstos. «Cuando comemos pizza él busca el piolín que viene en las cajas para hacer los enganches de autos y formar trenes. Le gustan mucho, ve a ‘Thomas y sus amigos, que el dibujito de un tren. Sabe todo de estos y todos los trenes que ve los quiere. Siempre ha tenido esa inclinación. A veces a los chicos les gustan los autos, pero por mucho tiempo ha sido solamente los trenes para él, ahora recién está intercalando con camiones», contó Ana María, la mamá de Julián. La pasión por los trenes lo llevó a subirse a un tren carguero con la ayuda de sus abuelos. «Cuando viajamos a Malbrán, vio desde la ruta que pasaba el tren; entonces en momento cuando estaba parado, le pedí permiso al maquinista. Subimos, el maquinista le enseñó a tocar la bocina, la palanca de freno y otras cosas, estuvo feliz», cerró Domingo.
La pasión por los trenes que une a toda la familia
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