Venta de comida típica, artesanías o simplemente la presentación de alguna coreografía tradicional de algún rincón de la región andina son la carta de presentación de cada parada de tren que promociona Tren Ecuador en cualquiera de sus 10 rutas.
El tren acerca a parroquias y comunidades indígenas sobre todo de la región andina, donde las costumbres y la gastronomía de cada pueblo son el gancho para atraer turistas. Por este motivo, incluso, Tren Ecuador fue recientemente incluido como finalista para los Premios Mundiales de Turismo Responsable 2016. Con este atractivo turístico, Ecuador es uno de los 13 finalistas que fueron escogidos entre 75 preseleccionados para obtener este reconocimiento.
Los ganadores se anunciarán el próximo 8 de noviembre del 2016 en la ceremonia de premiación del World Tourism Market, de Londres. Actualmente, las 10 rutas, sin contar con el Tren Crucero, están habilitadas, luego que en agosto del 2015 se cancelara uno de los recorridos que llegaba cerca del volcán Cotopaxi, por el incremento en la actividad de este coloso.
Cada ruta es una oportunidad de conocer una cultura como:
Helados de hobo en el Tren de la Libertad I y II (Ibarra – Salinas – Ibarra) USD 28 y USD 50.40 por persona Dura seis horas. Salidas de jueves a domingos y feriados.
Desde Ibarra hacia Salinas o desde Otavalo a Salinas (y viceversa). En la Ruta I, el regreso es a Ibarra y en la II, puede ser a Ibarra u Otavalo. La leyenda del romance entre las elevaciones ‘taita’ Manuel Imbabura’ y la ‘mama’ Isabel de las Nieves Cotacachi es narrada por uno de los guías de este recorrido, de cerca de 57 kilómetros que inició sus labores desde el 2012. Aquí, en una de las estaciones (San Roque) se degustan las famosas tortillas de maíz o dulce de zambo que prepara una asociación de mujeres de Antonio Ante. Mientras que en el Valle del Chota hay presentaciones musicales de bomba, degustación de helados de hobo y platillos con fréjol, yuca y camote.
Asado de borrego y agua de sunfo en el Tren de los Volcanes I y II (Quito – El Boliche – Quito)
USD 40 por persona o la Ruta de Verano a USD20 por persona. Dura más de 8 horas. El tren sale de Chimbacalle (Quito), pasa por Tambillo y Machachi hasta llegar a El Boliche o Ambato. Esta ruta se suspendió durante algunos meses por la reactivación del volcán Cotopaxi. Actualmente está habilitada.
En sus paradas se degustan platillos típicos elaborados por comuneros de Romerillo, como cordero asado, asado de borrego, mote con fritada o locros de papas. También se oferta a los turistas agua aromática de sunfo, conocida por sus bondades para aliviar malestares por el exceso de frío.
El último hielero en el Tren del Hielo I y II (Riobamba – Urbina – Riobamba o Ambato – Mocha – Cevallos – Ambato)
USD 13.44 a USD 16 por persona. Dura 4 horas.
La primera opción lleva a los turistas a conocer al último hielero del Chimborazo, Baltasar Ushca, y ver de cerca la elevación más alta del país. Las comuneras de la zona preparan bebidas con hielo extraído desde este mismo volcán. Mientras que en la provincia de Tungurahua, se puede llegar a los pequeños negocios de vendedores de calzado en Cevallos, que son confeccionados en la misma localidad.
Cultura e historia en la Nariz del Diablo (Alausí – Sibambe – Alausí)
USD 30 por persona.Dura tres horas. El tren sale de Alausí y llega a Sibambe, provincia de Chimborazo La oportunidad de conocer la ruta, que según los guías que narran la historia durante el trayecto, donde cerca de 2 500 obreros de 4 000 contratados perdieron la vida durante la construcción de este camino para el tren en medio de la montaña y un precipicio. En Sibambe se puede encontrar más de esta historia.
Jugo de caña en el Tren de la Dulzura (Durán – Bucay – Durán)
USD 28 por persona. Dura seis horas. De Incluye una visita en la estación de Yaguachi, Bucay y regreso a Durán. Un grupo de pobladores de Bucay guía uno de los recorridos hacia demostraciones artísticas y ancestrales de su cultura. Se pueden comprar las artesanías elaboradas por la gente de la localidad y degustar jugo de caña que se elabora con la ayuda de los mismos visitantes a una de las comunas. Es un recorrido de 87 kilómetros.
Autor: Andrea Medina
Fuente: El Comercio
