Sr. Director
En relación a la nota publicada en La Voz de Córdoba y que Rieles reproduce opino lo que sigue:
Llama la atención que los argumentos exhibidos para proponer la eliminación de las trazas ferroviarias que ingresan a la citada ciudad son casi los mismos que se ventilaron desde la década del 60 para suprimir muchos servicios de trenes urbanos e interurbanos.
La prevalencia de tales iniciativas ya sabemos en qué terminó: la casi exclusividad del modo automotor en el transporte de personas y mercancías y los consiguientes caos de tránsito en calles y rutas, gigantesco aumento de la polución ambiental, elevadísimos costos de fletes para las cargas y de pasajes para las personas, etc., etc. Un buen ejemplo de ello es la casi eliminación del transporte eléctrico de superficie en la ciudad de Buenos Aires y otras (tranvías), sin haber avanzado significativamente en la extensión de los subterráneos.
También dice la nota sobre Córdoba que se trata de que los barrios no sean «divididos» por las vías férreas, la incomodidad de las barreras, etc. Pero ¿acaso las autopistas realizadas o por hacerse no son mucho peores divisores de los barrios? ¿Qué espacio abarcan cuatro manos de una autopista elevada? ¿Y el inmenso espacio necesario para instalar una estación de peaje?
Hace casi cien años muchas ciudades del mundo resolvieron esto con viaductos elevados que se integraron perfectamente al paisaje urbano y que fueron verdaderas obras de arte (Berlín, París, Buenos Aires, etc.) y los ferrocarriles urbanos electrificados contribuyeron extraordinariamente al transporte de pasajeros.
Y está el tema de las grandes estaciones en el centro de las ciudades, otro de los temas ventilados para correr al ferrocarril a «las afueras» como quiso hacer en su momento un intendente porteño en la época de un gobierno militar.
Acerca de esto sugiero a los urbanizadores cordobeses que echen una mirada sobre las grandes ciudades del mundo (no hace falta ni viajar, hay miles de imágenes en Youtube) y constatarán que las maravillosas estaciones centrales de Alemania, Francia o Italia prestan inestimables servicios a los ciudadanos. A modo de ejemplo adjunto una planito del centro de Londres donde se aprecian numerosos corredores ferroviarios a nivel, elevados o soterrados y las grandes estaciones terminales. Aprendamos un poco de lo más avanzado y no de lo obsoleto.
Abel Cossani
CABA
